Jn 6,24-35

Aug 05, 2018, 12:22 PM

Audio: P.Carlos Yepez Texto y edición: P.Cristovao,svd Música: coro cantaré, yo soy el pan de Vida

XVIII DOMINGO ORDINÁRIO B

En la primera lectura, hemos escuchado que el pueblo de Dios pasa por duras pruebas de necesidades básicas en el desierto. Lo único que le resta es valorar cada pequeña posibilitad que les ayude a seguir adelante. La fe en Dios les da mas esperanza y cada alimento es como regalo bajado del cielo.

En la península del Sinaí hay un arbusto llamado “tamarisco”. Produce una secreción dulce que gotea desde las hojas hasta el suelo. Por el frío de la noche se solidifica y hay que recogerla de madrugada antes de que el sol la derrita.

¿Sería esto lo que Dios le proporcionó a su pueblo, multiplicándolo claro está, de manera prodigiosa? Lo cierto es que los israelitas consideraron siempre la aparición de este alimento como una demostración de la intervención milagrosa a favor de su pueblo.

Lo llamaron “maná”, porque los niños al comerlo preguntaban: “¿qué es esto?, “lo que en su idioma se dice: “Man-ah?”.

Jesús dirá que el Verdadero Pan bajado del cielo será su cuerpo y su sangre. O sea que este maná milagroso del desierto era un símbolo y aviso de lo que iba a hacer Dios más tarde con sus elegidos, dándoles como alimento el cuerpo de su propio Hijo divino.

Yo soy el pan de vida es la afirmación de que todos los que tienen hambre y sed de Dios deben ir a Jesús. Pues, solo en él podemos encontrar la verdadera justicia, verdadera salud,verdadero alimento para nuestra alma.

La legenda de la yuca.

Una tribu estaba a punto de desaparecer en la Amazonia. El habré había dominado gran parte de la región. Ya no tenía como cultivar, ni arar la tierra, porque no encontraba semillas.

Un cacique jefe de la tribo recibió del cielo una voz que le decía: sacrifica lo más precioso que tengas para que gente no muera de hambre.

Entonces él no tenia posesiones. Lo único que no tenía precio para él era su única hija adolescente llamada mandi. él entendió que tenía que sacrificar su hija. Consulto la tribu y con mucho dolor decidieron que para que todos vivieran solo una tenía que morir.

Entonces sacrificaron la niña y enterraron en un lugar donde nació un palo en su tumba. De la raíz se alimentaron todos y sembraron el palo por todos lados. Ese palo recibió el nombre en tupí guaraní: mandiyoca. Que en portugués es mandioca y en Colômbia se llama yuca. Comida de mandi.

Eso es también lo qué pasó con Jesús. El, se sacrificó por nosotros para que s7 cuerpo y su sangre nos alimentara para vida eterna.