Hola, mi nombre es Hugo Cuevas-Mohr
y este es un nuevo blog en la serie
La poesía en la vida diaria.
¡Hola!
Este es el nuevo capítulo del podcast La poesía en la vida diaria
que he llamado Poesía en Movimiento
o Poetry in Motion,
como se llama el programa de poesía en el metro de Nueva York,
un programa que lleva casi 30 años de existencia..
De esta forma vamos a continuar con el tema de la poesía en la calle.
En un podcast anterior ya vimos el ejemplo que nos da la acción
poética de traer versos a la calle en forma de muros o bardas.
Luego vimos la poesía
en la calle, el visitar los parques que en muchas ciudades del mundo
nos llevan al encuentro de poetas y sus estatuas.
Los homenajes que las ciudades están
en el episodio de hoy.
Nos vamos al encuentro de la poesía en el transporte público.
La poesía que al entrar a una estación
o al montarnos en un bus o vagón de un tren,
el metro o el underground, el software
nos da un guiño para que leamos los versos
que alguien ha escogido para que te acompañe en tu jornada.
Algunos te llevarán al estado poético
que hablamos en el primer episodio,
cuando esas palabras te entren bajo la piel
y sientas un acercamiento,
sientas esa conexión.
No recuerdo cuándo me pasó a mí,
pero estoy casi seguro
que mi primera experiencia con poesía
en el transporte público fue alguna vez en Madrid.
Pero bueno, primero te quiero contar
que soy fanático del transporte público,
ya sea el organizado de los países desarrollados,
donde todo está muy limpio, muy organizado o el subdesarrollado
donde toca compartir tu espacio con decenas de personas.
Y te sientes como una sardina.
Una sardina de las que vienen en una lata de sardinas.
He montado todo tipo de buses
articulados eléctricos de dos pisos descapotables,
camiones o autobuses colectivos, flotas,
bondis, guajolotes, micros, trolebús.
Las chivas o buses escalera de Colombia.
Los buses camello de La Habana.
Las guaguas, los autocares
y muy pocos de estos he encontrado poesía,
pero no puedo negar que algunos me han inspirado.
He experimentado los metros en muchas ciudades del mundo,
desde el más ex tenso el Savoy de Nueva York
al más antiguo, el lado underground de Londres
al parque de San Francisco, lo mejor de Barry,
el subte de Buenos Aires, el de Los Ángeles, Washington, Boston,
Roma, Atenas, Lisboa, Praga, Tokio,
Kuala Lumpur, México, Medellín.
En fin, he estado en en decenas
y si la poesía ha llegado
a muchos de estos sistemas de metro
y por esa razón
le ha llegado a miles de pasajeros,
mis quita escribe este poema o este escrito
inspirado por unos versos que se encontró
en el metro de Madrid.
Vuelvo a la universidad cansada
o muy a ella, dormida.
En Moncloa me espera Neruda, eterno en sus besos
y que me dice en voz baja
Te recuerdo como eras el último otoño.
Eres la bobina gris y el corazón en calma.
En tus ojos elevaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el agua.
Igual.
No estoy segura de la literalidad de las palabras de Neruda,
porque lo que escribo de memoria y al menos la mía, suele fallar.
Al bajar las escaleras del metro.
Busco estas palabras como el que espera un guiño
y ya no es Neruda el que me saluda.
La poesía
es del que la usa y a mí
me recuerda mi abuelo
su calma, su otoño,
sus ojos llenos de memoria.
Sobre todo,
me parece de sus manos elegantes y finas
para mí perfectas.
Casi.
Neruda me da la oportunidad de volver a cogerle la mano a mi abuelo,
ya temblorosa, en el crepúsculo.
Y casi soy capaz,
tan solo mirando un panel
y la portada de un metro,
de decirle que le quiero
mis quita
comentando un poema encontrado en el metro de Madrid.
Me envuelve con sus palabras, me lleva a ella.
La imagino.
La veo saliendo de la estación, llevándose
a Neruda en el corazón.
Hay proyectos de poesía
en el metro que se han realizado en varios países del mundo.
En estos proyectos, normalmente la empresa de transporte público se alía
con alguna institución educativa, una fundación,
una asociación de poetas y lanza proyectos de poesía
para que todos aquellos que nos montamos en un bus o en un vagón del metro
podamos encontrarnos con un texto poético
que nos acompañe, que nos inspire.
Les voy a contar de algunos cuantos.
Comencemos con Poetry
in Motion, un programa que fue lanzado por la MTA o Metro
Transport Authority de Nueva York y la Poetry Society
of America en 1992.
Los primeros cuatro poemas que aparecieron en el software
fueron un extracto de Crossing Brooklyn Ferry,
que el gran poeta Walt Whitman,
un poema de Emily Dickinson,
uno de William Butler y otro de Lucille Clifton,
dos mujeres y dos hombres.
Durante los primeros años, los poemas aparecieron
dentro de los vagones, en la parte superior,
al lado de propagandas.
En el bloque de la web pueden ver fotos
de estos primeros años para que se hagan una idea común.
Como se vieron en 2008,
se habían exhibido ya más de 200 poemas,
pero luego de un breve lapso en que los poemas fueron cambiados
por pequeños textos llamados Swain of Gods
en 2012 y a pedido popular,
volvieron los poemas El metro.
Ahora ocupando un espacio mayor en una pared del tren al lado de la
puerta, adornados con una obra de arte, algunos de ellos preciosos diseños
que han sido publicados en varios libros y programa.
Entonces selecciona y muestra dos poemas cada trimestre,
o sea, ocho por año, en el metro.
Este mismo programa ha sido llevado en los Estados Unidos
a más de 30 ciudades en todo el país,
incluidas las más conocidas Atlanta, Austin,
Baltimore, Boston, Chicago, Dallas, Houston, Los Ángeles,
New Orleans, Washington, en fin, por nombrar algunas de ellas,
nuestros poetas, o sea de España y Latinoamérica,
han sido parte de este programa.
Han aparecido Gabriela Mistral,
Rafael Alberti, Octavio Paz, Federico
García Lorca, Rafael Alberti, Antonio Machado,
Cynthia Rodríguez, Jorge Carrera Andrade, Manuel Ulacia, Elba
Macías y también poetas estadounidenses
de origen hispano como Dix y Salazar.
Que Paso es una excelente pintora.
David Domínguez es Martín Espada, Ricardo Nazario Colón,
Gary Soto, Lisa Alvarado
y un estudiante muy niña latina,
Laura Castillo, con su poema dos.
El poema dice Tengo dos camas y 2/4,
dos diferentes casas, dos papás y dos mamás.
Tengo dos ojos y dos manos, dos pies y dos brazos,
pero no puedo estar
en dos sitios diferentes a la misma vez.
Precioso.
Los poemas de Lorca tienen un gran significado en el subway de Nueva York.
Lorca escribió Poeta en Nueva York cuando visitó esta ciudad
entre 1929 y 1930.
Él había sido invitado por la Universidad de Columbia a dictar unas conferencias
y quedó muy, muy afectado por la ciudad, por el trato
a los negros, por la masificación, etc.
Ese poemario se publicó luego de su muerte
en un vagón de la línea cuatro.
Los versos de Lorca resuenan sobre el chirrido del tren
que se detiene en la estación de Brooklyn Bridge, porque de ahí
me adentraba yo en Chinatown,
donde viví en un período de mi vida en 1992.
El remanso de aire bajo la rama del eco,
el remanso del agua bajo fronda de luceros.
El remanso de tu boca bajo espesura de besos.
Dejemos a Nueva York y vámonos para París,
porque en París la poesía también viaja en el metro
viaja dentro de la gente que se desafía para seguir al poeta Jack Sweet,
que en 1995 lanzó
la idea de Poema del metro,
Un desafío creativo
y ponerle atención a las instrucciones de Jack Away,
traducidas del español.
Un poema del metro
es un poema compuesto en el metro
durante el tiempo de un trayecto.
Un poema del metro
tiene tantas líneas como estaciones en tu viaje.
Menos una.
La primera línea.
Debes componerla en tu cabeza
entre las dos primeras estaciones de tu viaje,
de la estación de partida hasta la que sigue.
Esta primera línea
la debes escribir en un papel o en tu móvil.
Sólo cuando el tren se detiene
en esa segunda estación,
la segunda línea
la debes concebir en tu cabeza, entre las estaciones
dos y tres de tu viaje y sólo escribes la línea correspondiente.
Cuando el tren se detiene y así seguidamente
no debes escribir cuando el tren está
en movimiento, ni debes componer cuando el tren se detiene.
La última línea del poema
la debes escribir en el andén de tu última
estación antes de salir.
¿Qué te parece?
No es una práctica fácil y toca ensayar.
Y siento que sólo aquellos que hacen sus recorridos rutinarios de ida y vuelta
van logrando esa maestría de lograr un poema de metro
que logre captar este bello desafío de ser, de crear,
de ponerte límites, de ponerte metas y de ponerte un orden.
Jack Howe ha propuesto muchos desafíos de todo tipo
que va subiendo a la red, donde sus seguidores fielmente responde.
¿Este poema de Metro fue uno de sus desafíos o es uno de sus desafíos?
¿En París?
La poesía también viaja en el metro.
Por cortesía de la R.
TP, que es la red que administra los trenes en París
y cada año publica decenas de poemas franceses y de muchos países del mundo
que van apareciendo mágicamente cuando menos los esperas.
Este poema del noreste brasilero me taparon
y en el
trayecto donde me lo encontré, pues saqué mi celular, le tomé
una foto para llevarme conmigo los versos de José Albano.
Tengo en mi alma dos molinos,
uno lo anima el agua, el otro el viento.
Juntos los dos y vecinos no detienen su movimiento.
El de agua gira sin cesar y el de viento vira y vira.
El primero lo mueven mis lágrimas,
el segundo mis suspiros.
Uno de estos poemas en el metro está en una estación
y es una proyección sobre una pared blanca
y la sombra de las letras te atrapan, dice.
Las personas que nunca ríen no son serias.
Parece un verso para pintar
en una barda de acción poética
en un metro, llegando a la enorme
estación de sal del centro de París
por el lugar, el poeta francés
me embiste con estas líneas
sobre mi cuaderno escolar,
sobre mi pupitre y los árboles sobre la arena y la nieve.
Escribo tu nombre, Libertad.
Y esos versos y ese
poema me llevan al encuentro de la musicalización
de este poema en La voz de Nacha Guevara.
Oigamos un poco por los dientes apretados,
por la rabia contenida,
por el nudo en la garganta,
por las bocas que no cantan, por el beso
clandestino, por el verso censurado,
por el joven exilado,
por los nombres prohibidos.
Yo te nombro libertad.
Esta iniciativa de poesía en el metro de París
es de los poetas Cartier y francés.
Com o Combes,
y han sido recogidos en antologías realizados por ellos dos
que van recopilando los poemas que se han bajado del metro
y que así encuentran un descanso en las páginas
de un libro antológico.
Desde hace unos años,
el Metro de París viene realizando además un concurso de poesía
en tres categorías y en 2019
se recibieron casi 10.000 poemas.
Imagínate, recibieron 8400 en la categoría de adultos, o sea,
mayores de 18 recibieron unos 900
en la categoría juvenil, menores de 18
y recibieron 650 en la categoría infantil menores de 12 años.
El premio es que
los mejores 100 poemas aparecen en el metro,
donde miles de lectores los leen,
además de premios especiales para los tres ganadores por categoría,
una niña de seis años escribió
uno de los poemas ganadores.
No me podía dormir
y decidí subir las escaleras
y me puse a pintar el cielo.
La convocatoria de este año
2021 terminó el 2 de mayo.
Ahora vámonos a Madrid.
Allí, esta ciudad que me espera.
Lleva desde hace más de 20 años con una iniciativa cultural
de la Asociación de Editores de Madrid llamada Libros a la calle,
con la que inunda cada año los transportes públicos
de la comunidad madrileña con textos ilustrados.
Cada vagón de metro o de cada autobús
es un lugar en el que nos encontramos con la literatura.
Tomamos contacto con autores, con personajes, con versos.
Aparece, por ejemplo, Juan Miguel Carita.
Premio Cervantes 2019 con su poema Libertad,
Bernardo Atxaga, Primer Nacional de Letras 2019.
Pilar Pallarés, Premio Nacional de la Poesía Española 2019,
con su poema Tiempo fósil.
A estos les acompañan Miguel Delibes,
Mario Benedetti con el poema No te salves.
Joan Perucho.
Carolina Coronado. Gabriela Mistral.
Pedro Salinas.
La nostalgia de María Victoria Atencia y Cristina Peri Rossi
y el surrealismo de Concha Méndez.
Y al lado de estos versos
se encuentra un código QR.
Esos cuadritos blanco y negro que si apuntas con tu móvil
te llevan a la web para conocer algo más de de la obra
de esos versos de su autor
y para celebrar el centenario de Benito Pérez Galdós.
Se ha realizado una acción poética en la estación de Río Rosas
y han vestido la estación como un libro abierto.
Ha cubierto sus andenes con el texto completo de Fortunata
y Jacinta, acompañado por bellas ilustraciones.
No me puedo ir
de Madrid sin contarles dos maravillosas iniciativas.
La primera, la de un poeta audaz, joven, intrépido J.
Santa Tecla. Qué hace J.
Un día decidió dejar sus versos en la estación de metro,
una tarjeta impresa muy cerca del cartel del nombre de la parada
y a través de Instagram dio claves
para que sus seguidores encontraran y se llevaran sus versos.
Y así comenzó una aventura
que hoy sobrepasa los 30.000 seguidores.
¿Cómo funciona esto?
Tras publicar las pistas J, se produce
un feedback entre los lectores y el poeta
como un juego improvisado que finaliza en y con el
que encuentra el tesoro y toma la foto de la tarjeta.
Lee el poema, lo comparte, le da vida.
Pues luego J.
Comenzó a poner al reverso de la tarjeta desafíos,
como grita a todo pulmón Soy feliz
o sonríele a toda persona con quien te encuentres hoy.
Completará J.
Las 300 una estaciones de Madrid.
Esa es su meta.
Es la meta de Jota, el apodado poeta del Metro.
La otra iniciativa es la del colectivo
okupa Acción poética
que se ha tomado el metro de Madrid
para homenajear a Europa con una selección de poemas de diferentes poetas europeos
que han sido geo localizados
en diversas estaciones del metro de Madrid.
Y los viajeros pueden, mediante una app, leerlos
y escucharlos en nueve estaciones, activando
la geolocalización del móvil.
Una app te entrega las voces en castellano
y en el idioma del poeta sus besos.
Y te pones los audífonos.
Y se inicia un diálogo íntimo con el poeta para el que está fuera de Madrid.
En la web se puede acceder y escuchar todos estos poemas y las voces.
Pero aquí te voy a compartir mi favorito
en la aterciopelada voz de de Niza Coman go,
una poeta rumana leyendo su poema Pessoa en rumano.
Privaba Monday sal como dispersado
hacía caer eliminada.
Hachazo.
Era momento monstruo de intimidad
tener santa a su trading dormitorio
coaching th inspirándome a gafar
sara Mastretta y un gallo executive
con voluntad de acho las ritual care mal insta llaman blanca
tan a Miami Fernando Pessoa
La voz es mágica y sé
que quieres saber el sentido de estas palabras.
Aquí están en la voz igualmente preciosa
de Begoña Martín Prieto.
Los dos mirábamos la acacia de la calle
cada mañana.
Era nuestro instante de intimidad.
Te dejaba en la mesilla del dormitorio,
fijando la mirada hacia el mundo exterior.
De noche me esperabas junto a la puerta.
Cumplías voluptuosamente el mismo ritual
que me tranquilizaba y me tomaba.
Te llamé Fernando Pessoa.
La asociación Ocupación Poética ha desarrollado este proyecto
en otros lugares de España y en más de 25 países del mundo.
La idea original de este proyecto surge de una propuesta
del Instituto Cultural Alemán Goethe que coordina toda esta actividad.
Te voy a dejar un reto.
¿Cuáles son las diez estaciones de Madrid
con nombre de escritores?
Lo que sí te comento es que el único poeta extranjero
con estación en su nombre en Madrid
es el poeta nicaragüense Rubén Darío.
Margarita esta linda la mar
y el viento trae ciencia sutil de azahar.
Rubén Darío ahí está y tiene su estación en el metro de Madrid.
Pasemos por mi como momento José de la Colina,
que en un artículo en el periódico Milenio de México
cuenta su peculiar encuentro con la poesía en el metro de México.
Cuando se topó con un declamador callejero que se había subido a un vagón
y usando el fraseo del rap, compartió este poema que,
según dijo, era escrito esa misma mañana.
Desventurados
los que divisaron a una muchacha en el metro y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos y la perdieron para siempre entre la multitud.
Porque ellos serán condenados a vagar sin rumbo
por las estaciones y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles.
Pero quizás el amor no es más que eso.
Una mujer, un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del metro
que resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre
de un José, entusiasmado, le aportó unos pesos
al muchacho declamador para estimularle en su búsqueda creativa,
para descubrir más tarde, al contarle esto a un amigo que reconoce estos versos
improvisados, le señaló que eran del poeta
chileno Óscar Arturo Garcés.
Se nos acaba el tiempo,
pero no quiero terminar sin hablar de Medellín,
donde murales en cerámica o baldosas
adornan la estación Acevedo con la foto
y los poemas de León de Greiff, el poeta colombiano.
Hay también un poema humorístico
Desde Greiff en la estación Prado
y en la estación Universidad se nos aparece Porfirio
Barba Jacob, otro poeta colombiano por el metro de Medellín.
Se que de poesía cada año, con el multitudinario
Festival de Poesía de Medellín, tal vez uno de los más concurridos
festivales de poesía del planeta,
pues atrae a más de 100.000 personas.
Pero esto es tema del siguiente episodio.
Quiero terminar con un fragmento
de un poema inspirado por un encuentro en el metro de Madrid
frente a un poema de Lorca, que ese día,
en ese momento, en ese recorrido,
inundó el alma de la poeta Alejandra Martínez de Miguel.
El palmarés de Alejandra es impresionante.
Ganó el Poetry Slam de Madrid en 2017, fue subcampeona nacional de Slam
en España y tercera en la Copa Mundo Slam.
Si no sabes que es Slam, que lo contaré en otra ocasión.
Esto nos comparte Alejandra.
El metro de Madrid
llora Romances y no sabe por qué.
Que si lloro por un hombre y me dice No, señora.
Lloro por el Romancero Gitano.
Lloro por la amistad que no me brindó la vida.
Quiero por Cadaqués y Granada, por las palabras que quisiera mías
y porque me he quedado sin voz al leerme.
Lloro por ellas, por doña Rosita, por Adela,
por la novia y por Yerma.
El metro de Madrid llora.
Llora el metro de Nueva York.
Y los hijos que se fueron.
No, señores, no lloro por un hombre,
lloro por los más disímiles asesinados, por el franquismo
que siguen abandonados en cunetas y fosas comunes.
Finalmente, solo le digo lloro por un hombre.
Sí, señora.
Lloro por Federico.
Me encantaría saber si conoces tú
otras iniciativas similares de poesía en el transporte público.
Porque me gustaría conocer muchos más.
Estas iniciativas requieren el apoyo de mucha gente, sin lugar a dudas,
y son muy importantes,
tanto para los pasajeros del transporte público
como para el bienestar de todos nosotros.
Muchas gracias.
Cuántos poemas
llenan mis ojos
como guía...
Cuántas noches de palabras,
de idas y venidas
contravías
cuántas caricias llevo en mi pecho,
en mi frente
y en mi piel...
cuántas deudas tengo con la vida que te trajo hacia mí
Como una coincidencia...
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