la felicidad que no me niego

Feb 26, 2012, 07:43 PM

Dios mío, dame dinero... ... para que pueda ser feliz Dios mío, haz que pase ese examen... ... para que pueda estar tranquilo Dios mío, dame con qué comprar ese traje gris, esa manzana, esa oruga, el coche aquél y esa flor. Y haz que gane el cuadro de mis desvelos y que la rubia que apenas vi en el semáforo me recuerde; y dame fuerza para ser más bueno y dame luz para ser más sabio y por favor haz que no se queme la carne que dejé en el horno por error encendido y que me salga lindo este cuadro y que no se me queme el pantalón beige cuando intente plancharlo y que alcancen esas últimas dos rayitas del contador de la nafta para llegar a un surtidor y llevate a los malos que me fastidian y ya que estás, cortales la electricidad a esos vagos que escuchan jazz a todo volumen después de la medianoche.

Y pido ésto y lo otro y aquéllo y lo de más allá: cada pieza del puzzle cuyo centro me imagino, pídola y la describo con minuciosidad criminal.

Y el otro me ve suplicando con el corazón quebrado, poniendo toda mi fe en el Creador para que supla por mí cuanto me parece menester de la felicidad que quiero. Y se asombra y admira el otro, por el tamaño de mi fe.

Mas todo tiempo que así suplico y pido, no soy un hombre de fe.

Si lograse ser un hombre de fe... ay, si lograse... entonces me arriesgaría a soltar mi pequeñez; no elevaría a los cielos mis errores sino tan sólo mi amor y mi sueño y este sentirme tan pequeño y tan necesitado de guía; no tentaría respuestas en vez de resignar preguntas; entregaría sólo mi alma por valor de cambio y gritaría así:

"Dios mío: ¡dame alegría y felicidad genuina!"

Pues entendería que si en su tan sabia piedad me dará felicidad verdadera, la apoyará sobre todo lo que es bueno y capaz de sustentarla. Y capaz que es justo lo que le estuve pidiendo en mi humillosa lista de mercado, mas probablemente no.

Y pudiera suceder aún algo más maravilloso y extremo: que de pronto abra el Creador mis ojos, rectifique la sintonía de mi sistema cognitivo, y toda mi realidad, todo lo mismo que vivo hoy, cambie de forma y de color ante mis ojos, que es decir en la cabeza y en el alma por igual, y se revele sustento idóneo para una felicidad perfecta. Y de pronto, se dibuje ante mis ojos cuanto me llena hoy de ansiedad o me fastidia como todo lo contrario; y donde veía murallas elucídense terrazas, y pequeños ríos cruzados por puentes sonrosados lo que se me antojaba desierto seco. Y así, estaría respondiendo del mejor modo el Creador a mi plegaria, porque mi fe habría abierto el camino hacia la felicidad, y a su través, a ser el más verdadero y bueno que mi alma pueda.

Dios mío: dame simjah, alegría y felicidad genuina. No de la pasajera concediéndome mis errores, sino de la que florece en una visión recta, de amor y de verdad.

Ay, ahora sí... ahora sí comprendo, y atento sentirme contento. Está ahí la respuesta a todo lo que antes había eludido preguntar. Guarda con calor y ternura ésto que te digo; pues es de flores fragantes el camino, y ha de pillarnos unidos.


  • el fondo es la "Serenade" de Schubert, en la interpretación disponible en http://www.youtube.com/watch?v=ZpA0l2WB86E
  • la meditación tiene por móvil inmediato la sustancia de la alegría del mes de Adar, y de qué manera puedo ver ese tikún oficiándose en mí