Ayudar, no presionar
CONFESIONES
Hace tres años, empezamos en segundo de bachillerato. El primer día de la presentación todo era muy bonito, hasta que mencionaron la selectividad. Faltaba un año, todo un curso para tener que hacer ese dichoso examen. Desde el primer día empezaron a presionarnos, diciendo que en ese instituto el 99% aprobaba la selectividad, y además con buena nota. Lo que no decían era cuantos repetían y quedaban en el camino sin pasar a segundo de bachillerato o como los mandaban a hacer cursos de formación profesional, sin contar con ellos para hacer ese examen. Claro está que ese 99% no es real, ya que no tienen en cuenta a todos los alumnos.
Ese primer día pasó y llegaron las presentaciones de los profesores. Todos ellos mencionaron la selectividad diciendo que tendríamos que trabajar mucho, hacer exámenes parecidos al examen, etc. Lo que mencionaron no era mentira, pasamos todo el año haciendo exámenes, cada semana teníamos alguno. Además, los trabajos que nos mandaban eran horrorosos, todo relacionado con la selectividad.
Me parece vergonzoso que ese curso solo sea para prepararnos para hacer ese examen. Ese año tuvimos que aprender todo de memoria, sin entender muchas cosas. Las clases eran solo teóricas y teníamos que estar en la clase, sentados, sin decir una palabra y cogiendo apuntes. Los profesores tenían mucha presión encima para que diéramos toda la materia y para que todos sus alumnos aprobaran. Entiendo que ese año los profesores tenían un deber, y era que todos los alumnos aprobaran la selectividad. ¿Pero no se dan cuenta que haciendo prácticas, sin ser todo teoría y coger apuntes, se aprende más?. No todo es hacer trabajos y exámenes, se puede aprender lo mismo o más, poniendo en práctica esa teoría y evaluando esas prácticas.
Para terminar quiero decir que aunque todo ese año no fue la mejor de nuestra vida, las dos semanas antes de la selectividad fueron las peores. Teníamos mucha presión encima, estábamos asustados, los profesores nos metieron miedo, etc. Y todo por conseguir una puntuación para que luego pudiéramos entrar en el grado que queríamos. Una décima era suficiente para que nos quedáramos fuera de ese grado, sin poder cumplir nuestros sueños. Pasamos las dos semanas en casa estudiando, sin poder hablar con nadie por el mal humor, la presión y el miedo. Los exámenes fueron bastante fáciles, pero mucha materia que dimos durante el curso no nos sirvió para nada. Al terminar los exámenes veía a estudiantes llorando, diciendo que no podrían hacer el grado que querían, otros diciendo que se quedaron en blanco y no pudieron hacer el examen…
En conclusión quiero decir que ese examen nos sirvió solo para conseguir una puntuación. Ya no me acuerdo de nada de lo que estudiamos, sufrimos mucho, lloramos mucho y estuvimos de mal humor todo el año. Me parece que a los diecisiete años, un adolescente no debería de pasar ese mal trago solo para entrar en el grado que sueña. Pienso que esa puntuación se debería de dar de otra manera o evaluar otros aspectos de los alumnos.