Aprendí sobre la herencia que corre por mis venas y de la maldición que eso conlleva, viviendo y aprendiendo de mi bisabuelo durante siete años.

Este relato es parte de mi infancia, aprendiendo sobre antiguas ciencias ocultas. Me han llamado chamán, vidente, brujo, hechicero. Sinceramente pienso que ninguno de esos nombres me describe. En ocasiones me siento como un esclavo de mis cartas de Tarot, manteniéndome encadenado a ellas. Sin embargo, acepté esa misión gracias a las increíbles cosas que presencié con mi bisabuelo, hazañas que me llevaron por este viaje que, sin dudarlo un segundo, volvería a repetir en esta vida y en todas las que continúen.

Mi nombre es Adán y soy un Viajero.