Pornocapitalismo, a sangre viva
¿Por qué luchamos?¿Para quién combatimos?¿Qué estamos dispuestos a hacer para divertir a los que se creen los dueños y señores de nuestra VIDA? Somos súbditos, devotos de la mentira que peleamos por complacer a los que lideran el terror, como si fuéramos gladiadores. ¿Hasta cuándo seguiremos jugando a las peleas de gallos desgarrando la carne de nuestro rival, padres, hermanos, amigos, amantes, vecinos, sin reglas y con una única meta: la victoria de un triunfo efÍmero?