Respetad.

Mar 15, 2016, 04:47 PM

Miremos a nuestro alrededor y reflexionemos: ¿CÓMO SE TRATA A UNA PERSONA DE OTRO ORIGEN EN NUESTRA SOCIEDAD? ¿QUÉ TRATO RECIBE POR LAS PERSONAS QUE LE RODEAN? La verdad es que poca gente se preocupa por el daño que pueden hacer algunos comentarios.

Hablo de gente racista, así, literalmente.

Esto no es algo con lo que nace el individuo, sino que se aprende a ser racista.

Como ejemplo me tenéis a mí, víctima de comentarios racistas de un compañero, si se le puede llamar así, de clase. Todo iba tan normal durante mi vida; me sentía genial con mí alrededor sin conocer el significado de racismo. Tenía mis mejores amigas, mis no tan amigas, mis compañeros y compañeras de clase, mis vecinos y vecinas, gente conocida, gente con la que me cruzaba por la calle durante el día; estaba rodeada de personas las cuales hasta entonces, nunca, nunca habían mostrado ningún tipo de rechazo hacia mi ser.

Y si, algún día tenía que juntarme con ese personaje. Dio la casualidad de que en tercero de la ESO nos tenían que mezclar las clases, y teníamos que juntarnos con otros compañeros del curso. Yo estaba un poco nerviosa, ya que hay personas con las cuales nunca había entablado ningún tipo de conversación. Pues sí, estaba nerviosa y con razón.

Llegó la hora en la que la profesora tenía que decirnos dónde nos sentábamos cada uno. Y justamente a mí, a mí, que no me gusta atrás en la última fila, ¡ZASCA! En la última fila. ¿Con quién? Con un chico que no conocía mucho, mejor dicho, nada. Era un chico con el cual no había hablado casi nunca. De esos que no te sale hablar con ellos, que sabes que son los típicos con actitud chulesca, que aunque no los conozcas te huelen a maldad. Pues, tenía razón.

Resumiendo, el típico que se cree el mejor; que sólo con pensar que iba a estar con una persona así al lado todos los días, la mala leche me corroe por la sangre.

Día tras día, semana tras semana, estuve soportándolo. Os preguntaréis: Pero, ¿por qué? ¿Qué te hace? ¿Qué te dice?

Bueno, ¿Qué no me dice? sería la pregunta del millón… De todo, me decía de todo; y todos eran comentarios racistas.

Mi padre en aquel entonces vendía alfombras, y lo conocían todos mis compañeros; ya que, teníamos una tienda de alfombras en la calle principal y, por otra parte, vendía en el mercadillo de diferentes pueblos durante la semana. Yo no le veo la gracia, pero él hacía comentarios fuera de lugar sobre ese oficio y se partían de risa todos los de la clase; incluidas mis amigas, que vaya amigas.

Pero, no solo hacia el oficio de mi padre, sino hacia mi origen también. ¿Qué tiene de malo tener el origen de otro país? ¿Tener otra cultura? ¿Otra religión? ¿Otra forma de vida, básicamente? No lo entiendo, pero a todos les hacía reír. Algunas/os de vosotros/as podéis pensar, “son bromas”; ¿Bromas? ¿En serio? Una broma es cuando nos reímos todos, incluso esa persona de la cual nos reímos; una broma no tiene intención de dañar o molestar a esa persona; simplemente, una broma no se hace hacia personas que se sienten inferiores, como los negros en una sociedad como la occidental. Finalmente, después de haber soportado un largo tiempo dichos comentarios, acudí a mi profesora y todo se solucionó separándome de él. A partir de ese momento, aprendí que hay que ponerle fin lo antes posible a estas cosas, aprendí a defenderme mejor, aprendí que hay que luchar por la igualdad de todos, aprendí que nadie es más que nadie, aprendí que hay que respetar a las personas sean como sean. Respetar. Respetar. Respetar.