¿Cuál es mi sitio?

Mar 15, 2016, 08:53 PM

Durante la ESO, en mi Ikastola, todas las chicas de mi curso éramos un grupo, unas cuarenta chicas. La verdad es que andábamos todas con todas y no teníamos grupos pequeños como en otras escuelas. También había un grupo pequeño formado por unas cinco chicas y un chico que estos si andaban separados y a mí, personalmente, me gustaba mucho andar con ellos. Llego un momento en que me di cuenta de que no me gustaba el rollo que llevaba esta gente y que mis verdaderas cuatro o cinco amigas de siempre pertenecían al grupo mayoritario, aunque me gustaba muchísimo más andar con el grupo que estaba formado por solo cinco o seis personas. Para mi gusto iban muy adelantados; fumaban, hablaban en castellano, salían de fiesta, se interesaban por chicos… Hay que decir que a mi estas cosas no me interesaron hasta más tarde, fui bastante tardía, al igual que el grupo mayoritario.

Por todo esto, no encontraba mi lugar en ningún lado. En la escuela, me juntaba muchísimo más con el grupo pequeño ya que no podían ni fumar, ni hablar en castellano, ni salir de fiesta, pero cuando llegaba el fin de semana, no tenía con quien juntarme ya que al grupo mayoritario no le sentaba bien que yo me quedara en clase y en el recreo con el grupo minoritario, cosas de crías. Por eso, empecé a quedarme en casa, sin salir, viendo series o escuchando música. Recuerdo una vez, que llame a una amiga, muy amiga, para quedar y me dijo que no saldría, una hora después la llame de nuevo porque intuía que me estaba mintiendo y su madre me dijo que había salido.

Fue entonces cuando me di cuenta de que si seguía así, me quedaría sin amigas. Tenía que escoger un grupo para salir, pero no sabía cuál ya que ninguno me convencía del todo. Opte por mis amigas de siempre y me separe completamente del grupo pequeño, pero seguía teniendo relación con ellos. Aun así, no me gustaba mucho quedar con ellas, ya que siempre estaban en la ikastola jugando al futbol o a balonmano y yo odiaba esos deportes. Me aburría muchísimo.

Por muy mezquino que parezca, en el cuarto de la ESO, hubo unas dos personas que mandaron en el grupo grande y dijeron literalmente “tu si, tu no”, eligiendo a las personas que formarían el grupo como si fueran objetos. Hubo gente que pasó muy mal, llorando, mientras estas dos chicas mandaban como si fueran dictadores. Mi comportamiento era totalmente pasivo, no sabía qué hacer, no podía creer lo que estaba viendo. Tenía miedo de qué harían conmigo.

Me dijeron que podía hacer lo que quisiera, ni me echaron del grupo ni me admitieron. Tengo que decir, que mis amigas de siempre si estaban admitidas en el grupo así que con miedo, seguí andando con ellas. Poco a poco conseguí meterme en el grupo, hay que decir que al fin maduramos.

Hoy en día, sigo andando con ellas, somos un grupo de quince personas y la verdad es que estamos muy a gusto. Hay veces que hablamos de lo inmaduras que fuimos pero nunca he oído hablar de esto a las líderes que eran en ese momento. Ahora ya todos estamos al mismo nivel, desde bachiller uno y dos que fueron los mejores años de mi vida con mis amigas.