Dios habla bajito: claves para escuchar a Dios 26/08/18 (#1002)
Pastor José Luis Cinalli - 26/08/2018
Dios habla bajito: claves para escuchar a Dios
“Una rama no puede producir fruto cuando está separada de la vid, ni ustedes pueden producir frutos si se apartan de mí. Sí, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Cualquiera que viva en mí y yo en élproducirá una gran cantidad de frutos, pero separado de mí nadie puede hacer nada…”, Juan 15:4-5 (NT BAD).
El secreto del explosivo y sostenido crecimiento de la primitiva iglesia se debió a la absoluta dependencia que tenía del Espíritu Santo y no a la capacidad de sus líderes o a los métodos de evangelización que emplearon. Es verdad que Jesús les ordenó predicar el evangelio pero no les dijo cómo hacerlo. No les enseñó estrategias para compartir la fe ni les dejó un modelo específico de cómo pastorear la iglesia. ¿Y por qué no lo hizo? Porque todo eso les sería revelado en el lugar secreto. La única preocupación de Jesús fue llevar a sus discípulos a tener una correcta relación con Dios y aunque les costó finalmente aprendieron la gran lección de que la relación con Dios antecede a la obra de Dios.
Las estrategias de conquista y expansión registradas en la Biblia fueron todas reveladas por Dios. ¿Quién crees que le ordenó a Moisés subir a la montaña y levantar las manos al cielo mientras Josué peleaba en el valle, Éxodo 17? Además nunca más se le permitió usar la misma estrategia de batalla para que siempre dependiera de Dios. Al igual que Moisés corremos el riesgo de endiosar y venerar los métodos que nos dan resultado. ¿Y qué me dices de Josué? ¿Quién le dijo que para conquistar Jericó debía dar vueltas a la ciudad durante siete días? ¿Has leído que alguien más en la Biblia haya utilizado la misma estrategia? Por supuesto que no. Y la razón es la misma que en el caso de Moisés: depender de Dios para cada batalla que tuviera. Cuando Josué lo hizo nunca conoció la derrota. El día en que se sintió con la capacidad de elaborar su propia estrategia de conquista fracasó rotundamente. De la humillante derrota en Hai aprendemos la gran lección: ¡el éxito en la vida deriva del éxito en el lugar secreto y el fracaso es el resultado del descuido de la vida de oración!
Echemos un vistazo al ministerio de Jesús. Nunca siguió un método específico para predicar el evangelio. Enseñaba en las sinagogas, en las laderas de las montañas, en los aljibes públicos y a orillas de los lagos. Tampoco se apegó a un modelo para liberar endemoniados, resucitar muertos o sanar enfermos. Cuando diez leprosos se acercaron buscando su ayuda Jesús les ordenó presentarse a los sacerdotes y mientras viajaban fueron sanados. En cambio a un ciego simplemente le dijo: “se sano”. Jesús no tenía una forma particular para sanar. A unos tocaba y a otros simplemente les declaraba sanidad. En una oportunidad sacó a un ciego fuera de la aldea, hizo lodo con su saliva y se la aplicó en los ojos. No solo eso, Jesús no nos dejó un modelo de cómo fundar iglesias ni cuantos ministerios debería tener. No dijo nada de cómo seleccionar y capacitar a los nuevos líderes, ni siquiera cómo debemos predicar. Nadie puede decir que la forma correcta y bíblica para evangelizar es presentar primero nuestro testimonio personal para seguir luego con las cuatro leyes espirituales. Jesús no dijo que comenzáramos nuestra predicación hablándole a la gente del gran amor de Dios antes de decirles que todos somos pecadores y que estamos perdidos a menos que aceptemos por fe el sacrificio que Jesús hizo en la cruz. ¿Y sabes por qué no nos reveló todas esas cosas? Para que dependiéramos enteramente del Espíritu Santo. El mismo Jesús dijo que cuando seamos interpelados ante la gente no deberíamos preocuparnos porque el Espíritu Santo nos mostraría lo que deberíamos decir, Lucas 12:11-12.
Mujer, la estrategia para ganar a tu esposo te la dará el Señor en el lugar secreto. Mamá, la manera que usarás para hacer que tus hijos vuelvan al camino de Dios te será revelado en la carpa del encuentro. ¿Estás en un cruce de caminos y no sabes qué hacer? ¿Necesitas sabiduría en tus negocios, dirección en tu familia? Dios es la respuesta. Pastor, ¿no tienes un método para discipular a tus miembros? ¿No sabes cómo formar nuevos líderes? Busca a Dios y él te lo dirá. No tengo un mejor consejo para darte. Lo que si se con total seguridad es que Dios no revela cosas tan profundas como estas a un adorador descuidado y mucho menos a un desconocido. Por lo tanto no hay nada que sea más importante que desarrollar una relación vibrante, activa y cada vez más profunda con Dios.
¿Cuál crees que fue el secreto del gran éxito de David? La relación excepcional que tenía con Dios. David consultaba a Dios por todo: “David… le preguntó a Dios: ¿Debo ir a atacar a los filisteos? Y Dios le contestó: —Ve y atácalos… Sin embargo, los hombres que andaban con David le aconsejaron: —No vayas… David volvió a preguntarle a Dios si debía ir o no, y Dios le contestó: “Ya te dije que vayas pues yo te ayudaré a derrotar a los filisteo”, 1º Samuel 23:1-4 (TLA). En otra ocasión dijo: “Voy a consultar con Dios qué es lo que debo hacer”… —… Dios respondió: —Persíguelos, porque vas a alcanzarlos, y también vas a recuperar lo que se robaron”, 1º Samuel 30:7-8 (TLA). Después de la muerte de Saúl “David consultó a Dios: ¿puedo regresar a alguno de los pueblos de Judá? Y Dios respondió: —Claro que puedes regresar…”, 2º Samuel 2:1 (TLA). Una vez coronado rey de toda la nación David siguió tan dependiente de Dios como lo había sido antes: “Cuando los filisteos supieron que David ya era rey de todo Israel, se unieron para atacarlo… Pero David… consultó a Dios: “Si salgo a pelear contra los filisteos, ¿me ayudarás a vencerlos?”. Y Dios le contestó: “Claro que sí…”. Entonces David salió… y allí venció a los filisteos… Pero los filisteos volvieron a atacar a David y…David volvió a consultar a Dios, y Dios le respondió: “No los ataques de frente; rodéalos y atácalos por detrás… Así lo hizo David, y ese día venció a los filisteos…”, 2º Samuel 5:17-25 (TLA). Todo lo que David hacía se lo revelaba Dios en el lugar secreto. Dios le daba las estrategias para enfrentar cada una de sus batallas y lo mismo hará contigo si sigues el ejemplo de David y lo buscas de todo tu corazón.
La gente vive preguntándose qué tiene que hacer y comete el error de seguir su propio corazón o el consejo de otra persona sin haber consultado a Dios primero. El gran problema que tenemos es que no pagamos el precio por desarrollar una amistad profunda con Dios y se nos hace difícil reconocer su voz.La razón por la que Jesús insistió tanto en que sus discípulos se aprovecharan de las disciplinas espirituales era para desbloquear sus sentidos espirituales y volverse cada vez más sensibles a la voz del Espíritu Santo. Una vida a lo fácil, sin oración y sin renunciamientos personales nunca será una vida de poder. Jesús mismo dijo: “Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse…”, Lucas 10:42 (NTV) y por supuesto estaba refiriéndose a vivir unidos a Él. Hoy en día tenemos bibliotecas enteras de cómo llevar adelante un ministerio. Tenemos métodos evangelísticos, estrategias de discipulados, seminarios, congresos, eventos y miles de recursos para edificar la iglesia pero cada vez menos impacto en el mundo. No podemos negar que nuestros resultados están muy por debajo de los que obtuvieron aquellos primeros creyentes que no sabían nada de todo lo que nosotros ostentamos saber y de los recursos tecnológicos que tenemos para expandir el evangelio pero su impacto y penetración en la sociedad no tuvo igual. ¿Y sabes por qué? Porque nosotros nos hemos dedicado a perfeccionar métodos mientras que aquellos se dedicaron a fortalecer la relación con Dios. Al igual que para aquella primitiva iglesia ¡el secreto sigue siendo el lugar secreto!