Practica el arte de la sordera selectiva 24/02/19 (#1028)

Episode 29,   Feb 25, 2019, 12:25 AM

José Luis Cinalli - 24/02/19

Practica el arte de la sordera selectiva

“El SEÑOR... se puso furioso; el fuego de su ira se encendió... y su enojo aumentó... porque no le creyeron a Dios ni confiaron en su cuidado”, Salmo 78:21-22 (NTV). “El pueblo se negó a entrar... porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar”, Salmo 106:24 (NTV). “El Señor... dijo... “¿Hasta cuándo van a seguir dudando de mí...? Les voy a enviar una epidemia mortal...”, Números 14:11-12 (DHH).

El mayor mandamiento de toda la Escritura es creer y amar a Dios. Cuando se le preguntó a Jesús qué es lo que había que hacer para agradar a Dios, Él respondió: “Lo único que Dios desea... es que crean en el que Él ha enviado”, Juan 6:29 (NT-BAD). La fe es muy diferente a la incredulidad. La fe no crece si no se la siembra, y muere si no se la riega y abona con la Palabra de Dios. La incredulidad, en cambio, crece sin plantarla y no muere a menos que se la arranque de raíz. Muchos creyentes son rigurosos con algunos pecados, pero condescendientes con la incredulidad porque piensan que solo se dañan a sí mismos si no creen. Sin embargo, ¡se deshonra más a Dios con la incredulidad que con todos los demás pecados juntos!

Todos los hombres de Dios han tenido su crisis de fe. David exclamó “al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl”, 1º Samuel 27:1. Y ¿qué sucedió al final? Saúl murió y David fue establecido como rey de Israel en su lugar. Elías dudó de la protección divina y huyó cuando Jezabel lo amenazó de muerte. Y ¿cómo se desarrollaron los acontecimientos? Jezabel murió estrellada contra el suelo y Elías fue arrebatado al cielo. Al igual que ellos nuestro gran problema es la incredulidad. La única razón por la que no oramos ni ayunamos es porque no creemos en sus beneficios. Jesús dijo: “Cuando des... tu Padre... te recompensará... Cuando ores... tu Padre... te recompensará... Cuando ayunes... tu Padre... te recompensará”, Mateo 6:3-4, 6, 16-18 (NTV). Tenemos problemas con el diezmo y la ofrenda solo porque no le creemos a Dios: “Traigan todos los diezmos al... templo... Si lo hacen... derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla...”, Malaquías 3:10 (NTV). Si realmente creyéramos que la bendición comienza con la obediencia a este mandamiento bíblico no fallaríamos ni un solo mes en pagar nuestros diezmos. Lo mismo sucede con el acuerdo. Jesús aseguró: “que si dos... se ponen de acuerdo... para pedirle algo a Dios... él se lo dará”, Mateo 18:19 (TLA). Si los esposos creyeran esta promesa orarían siempre juntos. ¿Y por qué no lo hacen? ¿Les falta tiempo? De ninguna manera. Les falta fe. Son incrédulos. ¡Cuidado! La incredulidad puede hacerte perder algo ‘tan pequeño’ como un milagro o algo tan grande como la salvación: “Los que no creen en El (Jesús)... jamás verán el cielo...”, Juan 3:36 (NT-BAD). La incredulidad es un pecado de consecuencias eternas.

La incredulidad y la hipocresía son los dos pecados más duramente castigados. Jesús dijo que a los siervos malos el Señor los “castigará severamente y les impondrá la condena que reciben los hipócritas. Y habrá llanto y rechinar de dientes”, Mateo 24:51 (BAD). El siervo malo será enviado al mismo lugar donde van los hipócritas. ¿A qué lugar se refiere? ¡Al infierno! Siempre que la Biblia mencione “llanto y crujir de dientes” se refiere al infierno: “a esas personas, los ángeles las echarán en el infierno, y allí... llorarán y rechinarán los dientes”, Mateo 13:42 (TLA). Ya hemos dicho que la hipocresía consiste en mostrar lo que se desea u ocultar lo que no se quiere revelar. Saúl aparentaba espiritualidad ocultando su pecado. Coré daba la impresión de ser un líder preocupado por el bienestar del pueblo mientras disimulaba su verdadero propósito: quedarse con el liderazgo de Moisés. Esta clase de hipocresía es muy común hoy en día. Está en pleno auge. Líderes políticos que simulan cierta simpatía con los creyentes pero solo para aprovecharse de ellos en las elecciones. Tienen la habilidad de aparecer y sacarse fotos en los eventos cristianos multitudinarios, mientras ocultan sus verdaderas intenciones. Tiempo atrás una mujer aspirante a un cargo político en la provincia se mostró interesada en apoyar la causa de los niños. Parecía sincera por lo que se le permitió estar junto a los pastores en la plataforma de una marcha en favor de la vida. Al día siguiente hizo exactamente lo mismo pero con los militantes LGTBI + en un evento en favor de la ideología de género. ¡Cuidado con promover los intereses del infierno apoyándolos con nuestro voto!

Jesús también amonestó a sus discípulos a no tener parte con los incrédulos: “Dichoso el siervo cuyo señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes. Pero, ¡qué tal si ese siervo se pone a pensar: “Mi señor tarda en volver”, y luego comienza a golpear a los criados... y a comer y beber y emborracharse! El señor de ese siervo volverá... a la hora menos pensada. Entonces lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los incrédulos”, Lucas 12:43-46 (BAD). ¿Qué condena recibirán los incrédulos? La Biblia nos da la respuesta: “En cuanto a los... incrédulos... les tocará ir al lago de azufre ardiente... y allí se quedarán, separados de mí para siempre”, Apocalipsis 21:8 (DHH y TLA). El incrédulo lleva su propia orden de arresto a la cárcel. Arrestado y condenado en la cárcel del diablo bajo su vigilancia permanente. El apóstol Pablo dijo que los judíos habían sido “encerrados en incredulidad”, Romanos 11:32 (OSO). Dios anhela vivir en nuestro corazón, pero debe ser un corazón creyente: “que Cristo habite por la fe en sus corazones...”, Efesios 3:17 (NBLH). Dios no puede habitar en el corazón incrédulo. Entonces, ¿cómo es que podemos dormir tranquilos en una casa donde Dios no vive? ¿No te da miedo pasar tus días sin su protección? Cada vez que escuchamos un sermón del evangelio, Dios está a la puerta para que lo dejemos entrar. Pero si nuestra incredulidad sigue cerrando la puerta cuando Cristo llama, ¿cómo podemos estar seguros de que Dios no nos encerrará de repente en una incredulidad definitiva?

¿Cómo preservar y aumentar nuestra fe? He aquí un secreto: pasa más tiempo con personas que caminan cerca de Dios. La fe de ellos se te ‘pegará a ti’. Entiéndase bien. No estoy sugiriendo que asumamos un rol espiritual pasivo. Lo que digo es que las personas espirituales y llenas de fe nos inspiran a desarrollar la nuestra. Cuando el ángel se le apareció a María para darle la noticia de que daría a luz un hijo sobrenaturalmente mencionó a Elisabet: “María... escucha esto: tu pariente Elisabet, aunque es de edad avanzada, tendrá un hijo. Decían que no podía tener hijos; sin embargo, está en el sexto mes de embarazo... Pocos días después, María se alistó y se fue de prisa... a la casa de... Elisabet”, Lucas 1:36-39 (PDT). ¿Qué propósito tenía el ángel para mencionar a Elisabet en su relato? ¡Fortalecer la fe de María! Es como si Dios estuviera diciéndole: “María, escucha el testimonio de tu prima, te ayudará a creer. Ella lleva seis meses viviendo su milagro”. ¿Y qué hizo María? Se fue a la casa de Elisabet, se quedó tres meses con ella y su confianza en Dios se fue a las nubes, Lucas 1:56.

Déjame darte otro ejemplo. ¿Te acuerdas de Jairo? Le rogó a Jesús que sanara a su hijita. El Señor prometió que iría a su casa y la sanaría, pero pronto llegaron mensajeros diciendo que la niña había muerto. Entonces Jesús le dijo: “Solo ten fe”... Cuando llegaron a la casa, Jesús oyó el griterío de la gente que estaba llorando y lamentándose mucho. Jesús entró y les dijo: -¿Por qué tanta confusión y llanto? La niña no está muerta, está dormida”. La gente se burlaba y no le creía. Entonces, Jesús les dijo a todos que salieran y entró solo con los padres de la niña... ”, Marcos 5:36-40 (PDT). Advierte la expresión “y no le creían”. La casa estaba llena de gente incrédula y la poca fe de Jairo corría peligro de desvanecerse, por lo tanto echó a todos fuera de la casa para separar al creyente de los incrédulos. Recuérdalo. Jesús necesita una atmósfera de fe para manifestarse y hacer milagros. Probablemente Dios tenga congelada tu bendición debido a tu incredulidad. Jesús dijo: “Al que cree todo le es posible”, Marcos 9:23. ¿Necesita revisar tu círculo de influencia? Hazlo de inmediato. Practica el arte de la sordera selectiva y deja de escuchar a los profetas del desaliento. Tu vida espiritual y tu eternidad están en juego. Bríndale a Dios un ambiente espiritual propicio para que Él se manifieste con todo su poder.