El tribunal de Cristo 28/04/19 (#1037)

Episode 37,   Apr 29, 2019, 12:19 AM

28/04/19

Pastor José Luis Cinalli  

El tribunal de Cristo

“…Cada uno de nosotros tendrá que comparecer personalmente ante el tribunal de Cristo”, Romanos 14:10 (NT-BAD). “…Un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, y seremos juzgados. Cada uno recibirá lo que merezca por las buenas o las malas cosas que haya hecho mientras estaba en el cuerpo terrenal”, 2ª Corintios 5:10 (NT-BAD).

Un día todas las personas serán juzgadas por Jesús. Los cristianos comparecerán ante el tribunal de Cristo y los incrédulos en el gran trono blanco. Para los creyentes el juicio no resolverá su destino eterno sino la recompensa por sus obras. No se juzgarán sus pecados ni su salvación. Se evaluará el servicio y se decidirá si serán premiados y en qué medida: “Él juzgará lo que hicimos mientras vivíamos en este cuerpo, y decidirá si merecemos que nos premie o nos castigue”, 2ª Corintios 5:10 (TLA). “… Dios… nos premia o castiga, según lo que merecemos”, Job 34:10-12 (TLA). Entiéndase bien. La salvación no es por obras sino por fe, Efesios 2:8. Pero una vez salvos el Señor evaluará nuestras obras para premiarnos o castigarnos. ¿Y qué pasará con los incrédulos? Comparecerán en el gran trono blanco y serán condenados: “Cuando el Señor Jesús venga…castigará a los que no… quieren reconocerlo, y los destruirá para siempre…”, 2ª Tesalonicenses 1:7-9 (TLA). “Vi un gran trono blanco… y vi a los muertos… de pie ante Dios… y… fueron juzgados… y… arrojados al lago de fuego”, Apocalipsis 20:11-15 (NT-BAD). En definitiva, el tribunal de Cristo es un juicio de recompensas, mientras que el gran trono blanco es un juicio de condenación.

1. Solo los cristianos comparecerán ante el tribunal de Cristo. “El Señor juzgará a su pueblo”, Hebreos 10:30 (NT-BAD). Y serán juzgados antes que los incrédulos: “El juicio tiene que comenzar por los hijos de Dios”, 1ª Pedro 4:17 (NT-BAD). En ese juicio Jesús se presentará como Juez y no como amigo, Salvador, intercesor o abogado y los creyentes no tendrán a nadie que los defienda: “Cada uno… tendrá que comparecer personalmente ante el tribunal de Cristo… tendrá que responder por sí mismo ante Dios”, Romanos 14:10 (NT-BAD) y 12 (NTV). El servicio de otras personas para Dios no te beneficiará, a menos que hayas participado tú mismo. Si otro evangelizó, predicó, oró, ayunó y buscó de Dios no puedes aprovecharte de su entrega aunque esas personas sean tan cercanas como tu esposa o tus hijos. No te quedes al margen, participa en el servicio al Señor. ¡Recuerda que la evaluación será individual!

2. Los cristianos serán recompensados o castigados según sus obras. Insisto en este punto. Cuando el cristiano sea juzgado en el tribunal de Cristo no estará en riesgo su salvación: “… Todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios… tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados…”, Juan 5:24 (NTV), Romanos 8:1. No se juzgará la vida y la persona del creyente sino sus obras: “… Ahora es el momento de juzgar… Es el momento de recompensar a tus siervos… y de recompensar a tu pueblo santo…”, Apocalipsis 11:18 (PDT).“Cuando él venga… nos dará el premio que merezcamos”, 1ª Corintios 4:5 (TLA). “…Cada uno recibirá su propia recompensa… conforme a su propio trabajo”, 1ª Corintios 3:8 (NBLH). En ese día las buenas y las malas obras del cristiano saldrán a la luz: “Las obras… buenas están al descubierto; las que no lo son no pueden quedar ocultas”, 1ª Timoteo 5:25 (Castillian).

3. La recompensa será proporcional a las obras. “…Yo vengo pronto… para recompensar a cada uno según su obra”, Apocalipsis 22:12. “El Hijo del hombre… recompensará a cada persona según lo que haya hecho”, Mateo 16:27 (BAD). “... A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones”, Jeremías 17:10 (NTV). El Señor evaluará las obras del creyente y también sus motivaciones: “Todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca”, Apocalipsis 2:23 (NTV). “…Dios juzgará… la vida secreta de cada uno”, Romanos 2:16 (NTV). “…Cuando él venga, dará a conocer todo lo que está oculto… Entonces Dios nos dará el premio que merezcamos”, 1ª Corintios 4:5 (TLA). Dios espera que hagamos lo bueno ante sus ojos y con un corazón recto. Se dice que el rey Amasias “… Hizo lo recto ante los ojos de Jehová aunque no de perfecto corazón”, 2º Crónicas 25:2. ¿Cuáles son los motivos que nos impulsan a servir a Dios? Pablo dijo: “Sirvan de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres, sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho…”, Efesios 6:7-8 (NVI). A no olvidarlo: ¡la manera en la que invertimos nuestra vida en la tierra determina la recompensa que tendremos en el cielo!

4. Habrá recompensa en la tierra y en el cielo. “…Nosotros hemos dejado todo para seguirte.¿Qué recibiremos a cambio?”, Mateo 19:27 (NTV). Es interesante notar que el Señor no se enojó por la pregunta aparentemente egoísta de sus discípulos. En cambio, les dijo: “…Todos los que, por seguirme, hayan dejado a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos o a sus hermanas, a su padre o a su madre, su casa o un terreno, recibirán cien veces más de lo que dejaron, y tendrán además vida eterna”, Mateo 19:29 (TLA). No existen dudas de que los creyentes serán recompensados en la tierra y en el cielo.

5. Es posible perder el premio. “Nadie os prive de vuestro premio…”, Colosenses 2:18.“Cuídense para que no pierdan aquello por lo que han trabajado, sino reciban su recompensa completa”, 2ª Juan 1:8 (Kadosh). “…Sigue fiel… y nadie te quitará tu premio”, Apocalipsis 3:11 (PDT). “El día del juicio, el fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha hecho… Si la obra permanece, ese constructor recibirá una recompensa. Pero, si la obra se consume… sufrirá una gran pérdida. El constructor se salvará, pero como quien apenas se escapa atravesando un muro de llamas”, 1ª Corintios 3:13-15 (NTV). En el tribunal de Cristo la salvación no estará en riesgo pero sí la recompensa por las obras. Podría ser recompensado o castigado. Y así como existen grados de recompensa habrá también grados de castigo: “El sirviente que conoce las órdenes de su dueño y no las cumple, recibirá un castigo severo. Pero el sirviente que, sin saberlo, hace algo que merece castigo, recibirá un castigo menor…”, Lucas 12:47-48 (TLA).

6. El creyente será recompensado de diferentes maneras. La alegría del Señor será la mayor recompensa: “…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”, Mateo 25:21. El Señor prometió que estaríamos juntos con Él: “Hay muchos lugares en la casa de mi Padre… Voy a prepararles un lugar”, Juan 14:2 (PDT). Pablo dijo: “Sabemos que Dios nos tiene preparada una casa en el cielo…”, 2ª Corintios 5:1 (PDT). Además habrá una corona de gloria: “Cuando venga el Gran Pastor, recibirán una corona de gloria…”, 1ª Pedro 5:4 (NTV). Se nos dará una corona incorruptible: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”, 1ª Corintios 9:25. Portaremos la corona de la vida: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”, Apocalipsis 2:10 y Santiago 1:12. Tendremos una corona de gozo(1ª Tesalonicenses 2:19), una de oro (Apocalipsis 4:4) y una de justicia: “Me espera el premio, la corona de justicia… Y el premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida”, 2ª Timoteo 4:8 (NTV). Por último, gozaremos de un lugar de privilegio en el reino de Dios: “Tendrás autoridad sobre diez ciudades… tendrás autoridad sobre cinco ciudades”, Lucas 19:17-19.

7. Se nos incentiva a servir por amor sin perder de vista la recompensa. Moisés servía pensando en la recompensa: “Moisés… rehusó que lo trataran como nieto del rey… Pensó que sufrir por el Cristo prometido era de más valor que todos los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la gran recompensa que Dios le daría”, Hebreos 11:24-26 (NT-BAD). Jesús prometió recompensa como un incentivo para el servicio de sus discípulos: “Vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo…”, Apocalipsis 22:12 (NTV). “…Para acercarse a Dios, uno tiene que creer… que recompensa a los que lo buscan”, Hebreos 11:6 (DHH). La salvación se recibe gratis, pero las recompensas se ganan. A veces da la sensación de es lo mismo servir a Dios y no hacerlo. Pero eso no es verdad. Acerca de aquellos que lo sirvan, el Señor dijo: “Ellos serán mis preferidos… Y los premiaré como hace un padre con su hijo obediente. Entonces ustedes verán cómo se trata… al que sirve a Dios y al que no lo sirve”, Malaquías 3:17-18 (BLA). En el cielo todo es anotado para ser recompensado: “Dios… no olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo…”, Hebreos 6:10 (NTV). “…Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque… nada de lo que hacen para el Señor es inútil”, 1ª Corintios 15:58 (NTV).

Cuando llegue el día en que Jesús llame a todos sus jornaleros para entregarles sus salarios, ¿cuál será el tuyo? ¿Tendrás recompensa? Tienes la posibilidad de realizar muchas buenas obras, pero solo las que son hechas para la gloria de Dios serán recompensadas. Recuerda que el bien que hagas “Jehová te lo pagará” (Proverbios 25:22) y que llegará el día en que Jesús mismo será quien nos dé las gracias y la recompensa por el servicio que le hayamos prestado