La congregación de Satanás 14/07/19 (#1048)

Episode 48,   Jul 15, 2019, 12:05 AM

La congregación de Satanás
 
Dicen ser… hijos de Dios… pero… son… congregación de Satanás, Apocalipsis 2:9 (NT-BAD y DHH). “… Sustentan la causa de Satanás y dicen mentirosamente que son míos…, Apocalipsis 3:9 (NT-BAD).
 
La Biblia afirma que existen dos iglesias: la de Dios y la de Satanás. En realidad, lo que Jesús llamó congregación de Satanás no es otra cosa que una imitación barata, una falsa representación de la genuina y verdadera iglesia del Señor. La iglesia verdadera es el cuerpo de Cristo mientras que la iglesia falsa es la guarida de Satanás. La iglesia verdadera se compone de pecadores arrepentidos, lavados por la sangre de Jesucristo y regenerados por el Espíritu Santo de Dios (Tito 3:5-6); mientras que la iglesia falsa se compone de pecadores religiosos pero no arrepentidos, deformados por el pecado y confundidos por el espíritu ‘anti santo’, Apocalipsis 2:9 y 3:9. La cabeza de la iglesia verdadera es Cristo Jesús (Efesios 4:15 y 5:23), pero la cabeza de la falsa iglesia es el diablo. La verdadera iglesia es un instrumento de Cristo para comunicar salvación a los perdidos, Mateo 28:19, mientras que la iglesia falsa es un instrumento en las manos de Satanás para sembrar confusión en el mundo entero, 2ª Corintios 11:13-15.
 El que Satanás tenga ‘su propia iglesia’ no tiene por qué sorprendernos. El diablo es un imitador consumado y su éxito radica en su habilidad para imitar las cosas de Dios. Por ejemplo se dice que Cristo salió a “sembrar la buena semilla” (Mateo 13:24) y también se lee que “vino su enemigo (el diablo, Mateo 13:39) y sembró cizaña”, Mateo 13:25. Dios tiene su evangelio, el diablo también, Gálatas 1:6. Cristo nombró “apóstoles”; pues bien, Satanás también, 2ª Corintios 11:13. Se nos dice que Dios “sellará” a sus siervos en la frente (Apocalipsis 7:3) y también leemos que Satanás pondrá una “marca” en la frente de los suyos, Apocalipsis 13:16. El Padre busca “adoradores” (Juan 4:23), lo mismo hace Satanás, Mateo 4:9. Cristo cita las Escrituras, el diablo también lo hace, Mateo 4:6. Cristo es la luz del mundo, pero Satanás se transforma en “ángel de luz”, 2ª Corintios 11:14. Cristo es denominado el “león de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5:5), el diablo es llamado un “león rugiente”, 1ª Pedro 5:8. Leemos de Cristo y “sus ángeles” (Mateo 25:31), pero también leemos del diablo y “sus ángeles”, Mateo 25:41. Cristo obró milagros, lo mismo hace Satanás, 2ª Tesalonicenses 2:9. Cristo tiene una “esposa”, Satanás tiene su “ramera”, Apocalipsis 17:16. Dios tiene una ciudad, la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 3:12): la de Satanás se llama Babilonia, Apocalipsis 17:5, 18:2. Existe un “misterio de la piedad” (1ª Timoteo 3:16) y un “misterio de iniquidad”, 2ª Tesalonicenses 2:7. Dios tiene un hijo (Juan 1:18), Satanás tiene “al hijo de perdición”, 2ª Tesalonicenses 2:3. El Hijo de Dios es el Hijo del hombre (Mateo 18:11) y el hijo de Satanás será el “hombre de pecado”, 2ª Tesalonicenses 2:3. No nos sorprende entonces que Satanás al igual que Dios tenga su propia iglesia.
 La expresión congregación de Satanás no alude a la iglesia satanista. Ninguna persona ingresa engañado a una iglesia cuyo cartel afuera dice iglesia satánica. Sabe perfectamente que allí se adora al diablo. Por lo tanto, no es tan peligrosa como aquella iglesia que simula ser cristiana cuando en realidad sirve secretamente a los propósitos del infierno. Cuán confundidas y engañadas pueden resultan las personas que entran a un lugar donde: Dicen ser… hijos de Dios… pero… son… una congregación de Satanás, Apocalipsis 2:9 (NT-BAD y DHH). Aunque Reina Valera traduce “sinagoga de Satanás” esto no significa que se refiera a judíos no convertidos. En el amanecer de la iglesia se llamaba sinagoga a la asamblea de creyentes. Esto se observa claramente en uno de los primeros libros escritos del Nuevo Testamento: Si en vuestra congregación entra un hombre…”, Santiago 2:2. En el original la expresión congregación es sinagoga, pero evidentemente se refiere a una iglesia cristiana. En conclusión, cuando Jesús dice “congregación de Satanás”no tiene en mente otra cosa que una reunión de personas que dicen ser cristianas, pero que en realidad no lo son y su único propósito es engañar a la gente para arrastrarlas al infierno. Ya lo advirtió Jesús cuando dijo que “Vendrán falsos… profetas… para tratar de engañar a los escogidos de Dios, Marcos 13:22 (PDT). Pablo agregó: “…Son obreros engañosos que se disfrazan de apóstoles de Cristo. ¡Pero no me sorprende para nada! Aun Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que no es de sorprenderse que los que lo sirven también se disfracen de siervos de la justicia…, 2ª Corintios 11:13-15 (NTV).
 ¿Cómo identificar entonces una congregación de Satanás? A continuación te brindamos algunas características:
 Están gobernadas por la inmoralidad. A la iglesia falsa se la llama la gran ramera en Apocalipsis 17. El nombre ramera alude a la inmoralidad. De ahí que el primer principio sobre el que se edifica una congregación de Satanás es el pecado. Puede que la inmoralidad esté instalada en el liderazgo o que ellos la toleren en la congregación, como en el caso de la iglesia de Tiatira: “Tengo algunas cosas contra ti: Tú permites que Jezabel… enseñe… a practicar el sexo a la ligera; ella los incita a cometer inmoralidades…”, Apocalipsis 2:20 (NT-BAD). No te olvides que la carta estaba destinada al pastor de la iglesia (Apocalipsis 2:18) a quien Jesús lo hace responsable por permitir el pecado en el púlpito, y que desde allí, se desparrame a toda la congregación. Un caso parecido es el de Elí quien no era inmoral pero Dios lo reprendió severamente por no estorbar el pecado en la vida de sus hijos quienes lideraban en el templo.
 En una congregación de Satanás los líderes practican el pecado. Pecar y practicar el pecado son dos cosas muy diferentes: “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado…”, 1ª Juan 5:18. Muchos ‘líderes’ viven en pecado y creen tener una buena relación con Dios porque sirven, predican, son músicos exitosos, oran, leen la Biblia y evangelizan. A esas personas les pregunto: ¿cómo justifican su ‘excelente’ relación con Dios cuando la Biblia dice: “El que practica el pecado es del diablo” (1ª Juan 3:8) o “el que vive en pecado demuestra no pertenecer a la familia de Dios”, 1ª Juan 3:10?
 El pecado de no estorbar el pecado es un gran pecado en la iglesia de hoy en día. El miedo de perder prestigio, popularidad y seguidores hace que muchos pastores teman denunciar y estorbar el pecado en su liderazgo y en la congregación. La proyección de una imagen popular ha llegado a ser una vaca sagrada ante la que se inclinan algunos ministros modernos. Su reputación les importa más que la declaración fiel de la verdad de Dios. Una lectura superficial de los escritos sagrados revelará muy pronto lo que pasó con los predicadores del pasado que declararon los oráculos de Dios, tal y como éstos le fueron revelados. Miqueas, Jeremías, Pablo, Pedro, Juan y una constelación interminable de otros hombres fieles que amaron a Dios y tuvieron respeto y estima por su vocación de profetas no callaron ni hicieron la vista gorda a la propagación del pecado. Sufrieron persecución, fueron atropellados y algunos de ellos sellaron con su propia sangre el testimonio de su fe. El predicador por excelencia, Cristo Jesús, no estuvo exento de estos sacrificios. Su prédica cortante llegaba como una espina a la costilla de la gente de su tiempo y todos sabemos cómo terminó: lo crucificaron. Sí mis amigos predicadores, la popularidad nunca fue aliada del varón de Dios. Los predicadores modernos que evitan proclamar toda la verdad por temor a que se lo tilden de fanáticos, retrógrados o extremistas no agradan a Dios. El aplauso de la gente no se compara con la aprobación de Dios. Lutero dijo: “El dueño de un prostíbulo no peca menos que un predicador que no entrega el verdadero evangelio. El prostíbulo es tan ruin como la iglesia del falso predicador…”.
 Jesús dijo que la inmoralidad nos conecta con el mismo infierno: “No son más que profundidades de Satanás…”, Apocalipsis 2:24 (NT-BAD). Uno no se da cuenta de cuán profundamente nos afecta la asociación con el pecado. Si permaneces en el camino de la inmoralidad te sumirás en las profundidades del mismo Satanás, profundidades que son misteriosas, sin fondo, abismales. Una congregación cuyos líderes toleran en sus propias vidas o en aquellos a quienes lideran el pecado está destinada a ser abandonada por Dios para convertirse en una congregación de Satanás. ¿Te faltan recursos escriturales? Veamos un ejemplo bíblico más. Los capítulos 19 y 20 del libro de Jueces narran una historia digna de una película de terror. Un levita y su concubina regresaban de un largo viaje y decidieron pasar la noche en una ciudad llamada Gabaa. Un anciano los hospedó en su casa y mientras disfrutaban de la cena algo tenebroso sucedió: “Los hombres de aquella ciudad… hijos de Belial, rodearon la casa, golpeando las puertas, y diciendo al… viejo dueño de la casa: Saca fuera el hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos, Jueces 19:22 (RVG). El verbo que se emplea para ‘conocer’ es el mismo que aparece en Génesis 4 cuando se dice que Adán conoció a Eva, dando a entender que tuvieron intimidad sexual. Ahora bien, el Espíritu Santo dice que los hombres de aquella ciudad que querían satisfacer sus deseos homosexuales eran hijos de Belial. Y Pablo aclara que Belial es Satanás: “¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial?”, 2ª Corintios 6:15 o como lo dice otra versión: “¿Qué armonía puede haber entre Cristo y el diablo?”, NTV. ¿Te das cuenta? Existe una relación muy estrecha entre el mundo demoníaco y la perversidad sexual. No tenemos dudas de que son verdaderas fortalezas espirituales las que operan detrás de los movimientos que en la actualidad se han levantado para arruinar, denostar y denigrar nuestras creencias bíblicas de la sexualidad. Los que defienden la integridad sexual de los niños oponiéndose al abuso infantil, los que abogan por la complementariedad del hombre y la mujer así como del matrimonio heterosexual como pacto permanente delante del Señor y defienden la vida a partir de la concepción libran una batalla espiritual contra fortalezas demoníacas. 
La santidad te protege del diablo, pero la inmoralidad te liga a él. ¿Te acuerdas de Balaam? Trató de destruir a Israel utilizando la hechicería, pero no puedo porque la nación estaba blindada por Dios:Ninguna maldición puede tocar a Jacob, ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel”, Números 23:23 (NTV). Dios protegía a su pueblo porque se mantenían santos, Éxodo 34:11-27. Entonces Balaam cambió de estrategia. Los empujó a la inmoralidad: “…Balaam… les enseñó a pecar, incitándolos… a cometer pecado sexual, Apocalipsis 2:14 (NTV). ¿Y qué sucedió cuando ellos cometieron pecado sexual? ¡Quedaron ligados al infierno! “Los israelitas tuvieron relaciones sexuales prohibidas... Fue así como el pueblo de Israel adoró al dios Baal-peor…, Números 25:1-3 (TLA). Baal-peor es el mismo a quien los hebreos llamaban Beelzebú, es decir el mismo Satanás: “Los maestros de la ley… decían: ¡Beelzebú está con él!... Está poseído por Satanás…”, Marcos 3:22a (PDT) y 22b (NTV). ¡Qué poder tiene la inmoralidad! Lo que Balaam no pudo con brujerías y hechicerías lo logró con depravación sexual. ¿Por qué razón el pueblo de Israel se dejó seducir o influenciar por el mal ejemplo de Balaam? Fácil, porque él se hacía pasar por un siervo de Dios. Mantenía una fachada exterior de espiritualidad, pero tenía una vida interior corrupta y servía a los propósitos del diablo. Muy bien lo dijo Jesús: “… Sustentan la causa de Satanás y dicen mentirosamente que son míos…, Apocalipsis 3:9 (NT-BAD)....