El silencio como la mentira corrompe la verdad 15/09/19 (#1057)

Episode 59,   Sep 16, 2019, 01:04 AM

José Luis Cinalli
 15/9/2019
El silencio como la mentira corrompe la verdad
 
“… Sépanlo bien. Los que llevan vidas inmorales, los fornicarios… los adúlteros y los homosexuales no tendrán parte en el reino de Dios…”, 1ª Corintios 6:9 (NT-BAD).
 
La lista de los condenados al infierno está encabezada por los cobardes e incrédulos (Apocalipsis 21:8) y seguida por los inmorales: A los que tengan relaciones sexuales prohibidas… los lanzaré al lago donde el azufre arde en llamas; y allí se quedarán, separados de mí para siempre”, Apocalipsis 21:8 (TLA). “Es seguro que el que cometa pecados sexuales no tendrá parte en el reino de Dios…”, Efesios 5:5 (PDT). “… A Sodoma y Gomorra… Dios las condenó al fuego eterno porque cometieron inmoralidades y perversiones sexuales...”, Judas 1:7 (PDT). “Manifiestas son las obras de la carne…: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia… orgías y cosas semejantes… los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios, Gálatas 5:19-21. “…Dios castigará duramente… a los que practiquen inmoralidades sexuales”, Hebreos 13:4 (PDT). “…Que nadie cometa inmoralidades sexuales… por estas cosas viene el terrible castigo de Dios…”, Colosenses 3:5-6 (DHH). “Aléjense de todo pecado sexual… porque el Señor toma venganza de todos esos pecados…”, 1ª Tesalonicenses 4:3-6 (NTV); 2ª Pedro 2:10. Hablando de la nueva Jerusalén, el futuro hogar de todos los creyentes, la Biblia dice: No entrará en ella ningún inmoral…, Apocalipsis 21:27 (NT-BAD); Apocalipsis 22:15. ¿Qué prácticas sexuales condena la Biblia?:
 
a)     La pedofilia y el incesto, Levítico 18 y 20:17-21.
 
b)    El travestismo: “Los hombres no deben vestirse como mujeres, ni las mujeres deben vestirse como hombres. A nuestro Dios no le gusta ese comportamiento, Deuteronomio 22:5 (TLA).
 
c)     La zoofilia o el bestialismo, Levítico 20:15, Levítico 18:23, Éxodo 22:19, Deuteronomio 27:21.
 
d)    Las relaciones prematrimoniales, 1ª Tesalonicenses 4:3.
 
e)     La prostitución, Deuteronomio 23:18.
 
f)     El adulterio: “No cometerás adulterio”, Éxodo 20:14 (LBLA), Éxodo 20:17, Levítico 18:20. “Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, los dos serán castigados con la muerte”, Levítico 20:10 (LPD), Jeremías 5:8-9, Proverbios 6:26. “… Dios castigará duramente a los que cometen adulterio…, Hebreos 13:4 (PDT). Alguien le preguntó a Jesús qué debía hacer para tener vida eterna: “Jesús le dijo: … No cometas adulterio…”, Lucas 18:19-20 (PDT).
 
g)    La homosexualidad: “… Los homosexuales no tendrán parte en el reino de Dios…”, 1ª Corintios 6:9 (NT-BAD). No practiques la homosexualidad… es un pecado detestable, Levítico 18:22 (NTV). “Si un hombre tiene relaciones sexuales con otro hombre, ambos han cometido un pecado abominable y serán condenados a muerte…”, Levítico 20:13 (PDT), Romanos 1:26-27. ¡Qué contraste! La ley divina considera a la homosexualidad un pecado detestable y abominable, en cambio la ley humana la promueve abiertamente y persigue a quienes manifiesten una opinión diferente violando con dicha persecución el derecho a la libertad de expresión.
 
Es probable que para algunas personas no resulte agradable escuchar que las relaciones sexuales fuera del matrimonio estén condenadas por la Biblia y que quienes la practican se van al infierno. Pero piénsalo de esta manera. Mi silencio por cobardía no te bendecirá de ninguna forma; en cambio mi compromiso de ser fiel a Dios predicando toda su verdad y, tu decisión de aceptarla, podría librarte de la condenación eterna. El diablo tiene la lección bien aprendida. Sabe que sin santidad no podemos tener comunión con Dios (Hebreos 12:14) y que sin fe nuestras oraciones no reciben respuesta, Mateo 21:22. Por eso trabaja tiempo completo para sacarnos del lugar secreto y empujarnos a la inmoralidad. Ahora bien, el diablo ha descubierto que su trabajo es más efectivo si comienza con los niños. Un profesor me contó que una mamá judía le pidió expresamente que antes de los siete años no se le enseñe a su hijo principios y valores cristianos en el colegio. Ella dijo: “después de esa edad hagan lo que quieran”. Lo que el niño aprende en sus primeros años de vida queda impregnado para siempre. Esa es la principal razón de que la ideología de género apunta en primer lugar a los niños de jardín infantes y primaria. “Desde Sarmiento hasta el presente la transformación y el avance de pedagogías colonizadoras tienen a la educación inicial (que abarca desde los 45 días de nacido vivo a los cinco años cumplidos) como protagonistas”. ¡Qué difícil resulta desprogramar la mente de un niño que ha sido adoctrinado a pecar! Esta perversa fortaleza espiritual no tiene oposición ni enemigos con excepción de la iglesia, aunque parece ser un contrincante cada vez menos temible. ¿Por qué? Porque está replegada. Unos pocos incidentes aislados como manifestaciones, escraches y denuncias bastaron para que nos escondiéramos y ocultáramos la verdad: Conocen la verdad pero la ocultan…”, Romanos 1:18 (PDT). Entiéndase bien. El propósito del diablo es adoctrinar a los niños y silenciar a la iglesia. ¿Y cómo lo hace? Mediante la intimidación. El modus operandi es el mismo que usó con los primeros cristianos a quienes no se les exigía que renunciaran a la fe sino que no la compartieran “Llamaron… a los apóstoles y les ordenaron que nunca más hablaran ni enseñaran en el nombre de Jesús…, Hechos 4:18 (NTV). Sin embargo no obedecieron “y cada día… seguían enseñando y predicando…”, Hechos 5:42 (NTV). Iglesia, financiamos los propósitos del infierno cuando somos cobardemente cómplices con nuestro silencio frente a la propagación de la ideología de género. ¡Nuestra responsabilidad es difundir la verdad de la Palabra de Dios, no ocultarla!
 
Déjame volver al punto central de este mensaje. El diablo busca arruinar nuestra vida espiritual apartándonos del lugar secreto, arruinando nuestra santidad y llenando nuestro corazón de emociones dañinas. ¡Qué cosa curiosa! Porque la oración que Dios contesta es aquella que nace de un corazón perdonador y lleno de fe: “… El que tiene fe en Dios… podrá decirle a este monte que se levante y se arroje al mar, y el monte lo obedecerá. Lo único que se necesita es creer… Oren por cualquier cosa, y si creen, la recibirán. Seguro que la recibirán. Pero cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados…”, Marcos 11:22-25 (NT-BAD). En este pasaje Jesús nos da el secreto para que nuestras oraciones sean contestadas. Primero se necesita fe. Quiere decir que el estorbo a la bendición siempre está en nosotros. No podemos echarle la culpa al gobierno, al jefe, a la familia o a la iglesia de no ser bendecidos. La falta de fe es la razón de que nuestras oraciones no reciban respuesta.
 
La segunda cosa es que la fe tiene que ser puesta en Dios: “… El que tiene fe en Dios…”, Marcos 11:22 (NT-BAD). Al igual que la gente del mundo pensamos que todo suma para nuestra bendición. Un poco de oración, un poco de confianza en uno mismo y un poco del pastor o del político. Sin embargo, si nuestra fe no está puesta solo en Dios, Él no obrará. ¿Confías realmente en Dios y únicamente en Él para satisfacer tus necesidades? ¿No será que pones también tus esperanzas en el trabajo, el negocio o los ahorros? ¡Tu fe no debe ser puesta en los servidores de Dios sino en DIOS MISMO! Ahora bien, según Jesús el tercer estorbo para la bendición es la falta de perdón. ¿No te llama la atención que aparezca el perdón en un pasaje que se refiera a la oración? La falta de perdón podría ser la razón por la que muchas personas están estancadas: Pablo dijo: “… Las amarguras, los enojos… la ira… y el odio no han de hallar cabida en sus vidas. Sean bondadosos entre ustedes… y perdonándose las faltas… de la misma manera que Dios nos perdonó…”, Efesios 4:31-32 (NT-BAD). Todas estas emociones no solo nos hacen daño sino que son un estorbo a nuestras oraciones. Muchas personas no quieren perdonar y guardan resentimiento en sus corazones. Es posible que sigan siendo hijos de Dios, pero la comunión con Su Padre celestial está deteriorada. ¿Eres de ‘hacer la cruz’ a quienes te ofendieron? Pídele al Espíritu Santo que te guíe al arrepentimiento porque la falta de perdón es un dique que detiene el río de la bendición de Dios para tu vida. Perdonar no es cuestión de sentimientos sino de voluntad. No es una capacidad natural sino sobrenatural. El Espíritu Santo que vive en nosotros hace posible que se manifieste la capacidad de perdonar.