José Luis Cinalli - Coronavirus: ¿ataque satánico o castigo divino? 22/03/2020 #1084

Episode 86,   Mar 23, 2020, 12:21 AM

22/3/2020
Coronavirus: ¿ataque satánico o castigo divino?
 
“El SEÑOR abrió su arsenal y sacó armas para desahogar su furor. El terror que caiga… será la obra del Soberano SEÑOR de los Ejércitos Celestiales”, Jeremías 50:25 (NTV).
 
Resulta difícil creer que lo que está pasando en este tiempo sea pura casualidad. El mundo está rendido a los pies de un virus que apareció de la nada. ¿De la nada? ¿Es verdad que el culpable de todos nuestros males hoy en día es el coronavirus? ¿Es él nuestro verdadero enemigo? El ser humano nunca relaciona las calamidades con la forma en la que nos relacionamos con Dios. La forma en que tratamos a Dios es la forma en la que Él nos tratará a nosotros: El SEÑOR estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él… si lo abandonan, él los abandonará, 2º Crónicas 15:2 (NVI). De algo estamos seguros:
 
1.     Dios puede enviar plagas a la humanidad. Toda vez que Dios envió una plaga se debió a la desobediencia de una persona perteneciente a su pueblo o no. Nunca leí que Dios haya derramado una plaga sobre alguien que se haya portado bien. El SEÑOR envió plagas terribles sobre el faraón y sobre todos los de su casa…”, Génesis 12:17 (NTV). El profeta Elías le dijo al perverso rey Joram: El Señor herirá con una plaga terrible a tu pueblo, a tus hijos… y todas tus posesiones. Y a ti te enviará una enfermedad…”, 2ª Crónicas 21:14-15 (BAD). Como respuesta al pecado de David el SEÑOR mandó una plaga sobre Israel…”, 2º Samuel 24:15 (NTV). La consecuencia de que el pueblo se haya quejado en el desierto fue una plaga: “… El SEÑOR hirió al pueblo con una plaga muy mala…”, Números 11:33 (LBLA). ¿Y cómo fueron castigados aquellos espías que desmotivaron al pueblo a entrar en la tierra prometida? Murieron debido a una plaga…”, Números 14:37 (LBLA). ¿Y qué les sucedió a aquellos que se rebelaron contra la autoridad de Moisés? Murieron por la plaga…”, Números 16:49 (PDT). Finalmente, cuando Israel abandonó a Dios para adorar a Baal se desató una plaga en medio de ellos…”, Salmo 106:29 (NTV). Dios siempre fue muy claro con su pueblo: “Si te niegas a obedecer… el SEÑOR te abrumará con plagas indescriptibles a ti y a tus hijos… El SEÑOR te afligirá… con… las enfermedades y las plagas que existen…”, Deuteronomio 28:58-61 (NTV).
 
2.     Dios castiga con la intención de corregir, no de destruir. Dios no se complace cuando nos disciplina. Por eso nos da tiempo y nos advierte una y otra vez antes de golpearnos con mano fuerte. Castiga pero a regañadientes, a cuentagotas, tal como lo hizo con los egipcios y como lo hará en los tiempos finales cuando derrame las copas de su ira sobre la humanidad rebelde. Dios espera que esta crisis nos lleve de regreso a sus brazos. ¿Realmente crees que algo así está pasando? Las políticas internacionales de los últimos tiempos han tenido como finalidad deshacerse de Dios a como dé lugar. ¿No crees que la forma en la que hemos tratado a Dios no tiene algo que ver con la pandemia que se cierne sobre nuestras cabezas? El coronavirus no es un castigo por habernos portado bien. Dios no está nada contento con nuestro comportamiento hostil y beligerante que hemos tenido con Él. “Dios está enviando un mensaje…”, Zacarías 4:6 (TLA) ¿Y cuál es? El mismo que le envió al faraón: “Si yo lo hubiera deseado, habría castigado a todos… y ya estarían muertos. Si hasta ahora no lo he hecho, es porque quiero… que todos… me conozcan, Éxodo 9:15-16 (TLA). Lo que se ve detrás de esta pandemia es misericordia. Dios podría haber terminado con nosotros y no lo hizo. ¿Por qué? Porque espera pacientemente a que nos volvamos a Él. No cometamos el mismo error de los israelitas en el desierto. Dios les dijo: Mandé plagas contra ustedes… a pesar de eso… no se arrepintieron…”, Amós 4:10 (TLA). Envié plagaAun así, rehusaban regresar a mí…”, Hageo 2:17 (NTV). ¿Necesitaremos una peste más grave para que reaccionemos y nos volvamos a Dios? Espero que no sea necesario.
 
3.     Dios protege a sus hijos obedientes. Dios mantiene a raya a los enemigos de su pueblo: “Dios… advirtió…: “No se metan con mi pueblo elegido; no le hagan daño…’”, Salmo 105:14-15 (TLA). Dios prometió tratar a sus hijos de una manera diferente a aquellos que lo rechazan: “Si alguno conspirare contra ti, será sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá… Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperará…”, Isaías 54:15-17 (OSO). “… La nación que toca a mi pueblo, toca la niña de mis ojos… quien le hace daño a mi pueblo también me lo hace a mí, Zacarías 2:8 (BAD) y 2:8b (TLA). “… Solo él… te protegerá de enfermedades mortales… No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad, ni a la catástrofe que estalla al mediodía… esos males no te tocaránSi haces al SEÑOR tu refugio… ningún mal te conquistará; ninguna plaga se acercará a tu hogarRescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre…”, Salmo 91:2-14 (NTV). “Nada malo le sucederá a los justos, pero los perversos se llenarán de dificultades”, Proverbios 12:21 (NTV). “Dios no permitirá que ninguno de ustedes se enferme… a ustedes no les pasará nada, Deuteronomio 7:15 (TLA). ¿Qué está pasando con los dicen ser hijos de Dios? ¿No son suficientes todas estas promesas? Entonces, ¿por qué estamos tan llenos de miedo y de desesperanza como los hijos del diablo? Si estamos anclados en Cristo no tenemos por qué temer. Sin embargo recuerda. Su protección no es a cualquier precio. La protección del Señor está reservada solos para los obedientes. Examina la historia del pueblo de Israel y te darás cuenta de lo que estoy diciendo. Todo el tiempo en que fueron fieles al Señor vivieron protegidos. El día en que se rebelaron les llegó el juicio.
 
4.     Dios escoge a sus hijos para que anuncien al mundo el antídoto para la plaga. Jesús dijo: “Habrá grandes… plagas… y sucederán cosas aterradoras… Esa será una oportunidad para que ustedes… hablen de mí, Lucas 21:11-13 (NTV). El antídoto contra el coronavirus ha sido revelado. ¿Por qué esperamos algo que ya tenemos? Nadie se ha dado cuenta. ¡Tampoco la iglesia! Dios ha sido muy claro: “Si ustedes me desobedecen… les enviaré una enfermedad (o plagas, NTV). Pero si mi pueblo se humilla, y ora y me busca, y si al mismo tiempo abandona su mala conducta, yo… los haré prosperar de nuevo, 2º Crónicas 7:12-16 (TLA). Debemos interpretar esta crisis espiritual y proféticamente. La viruela, la peste negra, el cólera, la fiebre amarilla, el VIH, la gripe porcina, el SARS y el ébola parecen no habernos enseñado nada. Una plaga tras otra. Pero no aprendemos. El mundo no reacciona y la iglesia tampoco. Dios tiene un mensaje y no es solamente para los pecadores. También lo es para su iglesia. Jesús dijo que cuando vengan las plagas deberíamos hablar de Él. ¿Lo estamos haciendo? ¿Estamos anunciando al mundo que la solución está en volvernos a Dios? Qué extraño es nuestro comportamiento. Cuando Jesús se fue al cielo le dejó a sus discípulos una sola misión: evangelizar el mundo. Pero, ¿qué es lo que hizo la iglesia en su ausencia? De todo, excepto la única cosa que nos pidió. Jesús nunca dijo que deberíamos construir colegios, universidades ni seminarios. Pero lo hemos hecho. Nunca nos mandó a levantar hospitales, asilos de ancianos u hogares de niños. Nunca nos dijo que deberíamos construir templos ni fundar denominaciones o consejos de pastores. Pero lo hemos hecho. Todo ello es importante y vale la pena. ¡Pero lo único que nos dijo específicamente que deberíamos hacer es lo que no hicimos! No estamos obedeciendo. ¿Qué dirías si contrataras a un plomero para que te arregle las cañerías de la cocina y cuando regresas encuentras que te pintó el frente de la casa? La excusa de que a tu casa le faltaba pintura ¿va a satisfacerte? Por supuesto que no. Las órdenes deben obedecerse.
 
¿Qué es lo que la iglesia debe hacer en este tiempo? Lo que Jesús nos pidió: que hablemos de Él. Y en segundo lugar: orar. ¿Cómo? Oraciones que sean para la gloria de Dios y conforme a sus intereses. No podemos orar para que el virus se vaya de la Argentina sin antes orar para que la Argentina se vuelva a Dios. No podemos orar para que sus hijos sean protegidos sin antes orar para que sus hijos lo obedezcan y prediquen la Palabra. Si Dios ha permitido que semejante desastre nos golpee fuertemente es por una razón: que el mundo reconozca al Señor como el único Dios verdadero. Y por eso debemos orar.