El poder atómico del ayuno corporativo 15/8/2021 #1157

Episode 168,   Aug 15, 2021, 08:16 PM

Pastor José Luis Cinalli
15/8/2021
El poder atómico del ayuno corporativo

“Las armas con que luchamos… tienen el poder divino para derribar fortalezas”, 2ª Corintios 10:4 (BAD).

En el arsenal de Dios existe un armamento infravalorado. Son pocos los creyentes que comprenden el poder atómico que se desprende de la utilización de esa arma espiritual. Es tan poderosa que muda temporadas y cambia realidades. Su utilización transformó una nación arruinada por el liderazgo de Saúl en una nación próspera y bendecida bajo el liderazgo de David. Puso fin al decreto de muerte y exterminio que pesaba sobre Israel y cambió el destino de condenación y juicio sobre la nación de Nínive. Es más, dio paso al avivamiento más grande de todos los tiempos. ¿A qué arma espiritual nos referimos? Al ayuno. Pero no a cualquier ayuno sino a uno en especial. Antes de examinarlo consideremos el ayuno en general:

1)    El ayuno no es solo para las personas ‘espirituales’ sino para todos los creyentes. El ayuno es una de las tres disciplinas espirituales que Jesús llamó a practicar. Él dijo: Cuando descuando oresy cuando ayunestu Padre… te recompensará”, Mateo 6:3, 6 y 16-18 (NTV). Si Jesús hubiera podido lograr todo lo que vino a hacer sin ayuno, ¿por qué entonces ayunaría? Si fuera posible conocer a Dios y gozar de los placeres supremos sin el sacrificio del ayuno los discípulos de Jesús y la primitiva iglesia no lo hubiera practicado. Por todo lo dicho, la práctica del ayuno ya no está en discusión. Debería formar parte de la vida de todo creyente porque Jesús lo ordenó y porque Él mismo ayunó y la Biblia dice que debemos “… vivir como Jesús vivió”, 1ª Juan 2:6 (NTV).

2)    El ayuno es una verdadera guerra espiritual. “Vístanse la armadura completa para poder resistir al enemigo cuando ataque; así, al terminar la batalla estarán… todavía en pie”, Efesios 6:13 (NT-BAD). La armadura del cristiano no está completa sin el arma del ayuno. ¡Sin oración y sin ayuno hay batallas espirituales que no se pueden ganar! Los discípulos aprendieron esa importante lección el día en que fracasaron al intentar echar fuera un demonio de la vida de un niño. Jesús dijo: “… Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno, Marcos 9:29. Ya que sin ayuno muchas fortalezas espirituales no se van, el diablo intentará impedir que ayunemos. El diablo molestó a Jesús durante todo su retiro espiritual para que no ayunara (Lucas 4:1-2) y lo mismo hará con nosotros. Cada vez que te dispongas a ayunar, puedes dar por garantizado que hordas de demonios llegarán para tentarte. Pronto tendrás una hermosa caja matera llena de delicias dulces en tu mesa. Antes del ayuno no hay ‘sacramentos’. Después que decides ayunar, ¡aparecen! Las tentaciones pueden venir en forma de pensamientos, distracciones, incluso en forma de asado. Y no te sorprendas si la oposición viene de tu propia familia o de tus propios hermanos en la fe quienes te dirán que ayunar no es necesario en este tiempo de gracia. Hemos sido llamados a hacer historia y transformar realidades y eso no se logra sin pagar un precio. Las bendiciones no están de oferta. La revelación, la sabiduría y el conocimiento de Dios tampoco. No tomes el ayuno a la ligera. Eso sí, no te condenes si fallaste. Inténtalo otra vez. No aceptes la mentira de que nunca podrás hacerlo. Aunque nuestra carne es débil Dios está lleno de gracia y Él puede ayudarnos dándonos la fortaleza para ayunar. ¡Renuévate y regresa a tu consagración en las fuerzas de Dios!

3)    El ayuno corporativo tiene recompensas que no se obtienen con el ayuno individual. Existen bendiciones que son la recompensa de orar en el lugar secreto (Mateo 6:6) pero existen otras que solo son nuestras cuando oramos junto a otros creyentes como fue el avivamiento de Pentecostés, Hechos 2. De la misma manera existen bendiciones que son el resultado del ayuno individual (“Cuando ayunes… tu Padre… te recompensará”, Mateo 6:16-18) y bendiciones que solo se obtienen cuando ayunamos corporativamente; es decir, juntos a otros creyentes. Un ejemplo del primer caso es Cornelio quién recibió como resultado de su ayuno la llenura del Espíritu Santo. Un ejemplo bíblico de una recompensa como resultado de un ayuno corporativo se encuentra en el libro de Ester. La nación de Israel fue liberada del exterminio gracias al ayuno de toda la nación. Si hubiera sido posible la liberación sin el ayuno colectivo, Ester hubiera ayunado sola. Incluso el avivamiento mismo suele ser el fruto de la combinación de la oración y el ayuno colectivo. En Joel 2 Dios dice: “Entonces, después de hacer todas esas cosas, derramaré mi Espíritu…”, Joel 2:28 (NTV). Dios promete un avivamiento después de hacer ‘ciertas cosas’. ¿A qué se refiere? A la combinación de las disciplinas espirituales de la oración y el ayuno, ¡pero practicadas colectivamente! El Señor llama a su pueblo… a un ayuno… Reúnan al pueblo, que se purifique… y con lágrimas en los ojos oren…”, Joel 2:12-17 (PDT y TLA). Si obedeciéramos el llamado divino de ayunar colectivamente la iglesia sería llena del Espíritu Santo y Dios obraría maravillas. Cuando los creyentes oran y ayunan juntos, el mismo día, el poder espiritual se multiplica. Esa es la razón por lo que hemos decidimos ayunar como iglesia todos los jueves del año y, al final del día, entregar el ayuno en el templo donde todos nos reunimos (los creyentes de otras partes del mundo conectados vía on-line) para orar juntos. El ayuno congregacional es una bomba nuclear espiritual, especialmente designado para derribar fortalezas demoníacas, Jueces 20. Por tal motivo nunca te alejes de la vida congregacional, de la oración en unidad y del ayuno practicado junto a otros creyentes. No te prives de los enormes beneficios que traen estas disciplinas espirituales.

¿Te faltan recursos escriturales para ser convencido de la importancia del ayuno colectivo? Vayamos entonces a nuestro modelo por excelencia. El ayuno de Jesús fue complementado por el de Juan el Bautista. Aunque no ayunaron juntos, sí lo hicieron en el mismo tiempo histórico y con el mismo propósito: que el reino de Dios se estableciera en el corazón de la gente. Nuestra súplica al cielo es más efectiva cuando se la combina con ayuno y oración grupal. El ayuno corporativo desencadena un verdadero poder atómico. Si los esposos entendieran la sinergia espiritual que se desprende de la combinación de estas disciplinas espirituales en acuerdo no desperdiciarían tiempo y se pondrían a orar y ayunar. El ayuno combinado es nitroglicerina pura. Imagínate lo que sucedería si concentráramos ‘la tropa’ e hiciéramos lo que hicieron Jesús y Juan el Bautista. No habría imposibles. Pronto estaríamos viviendo un avivamiento sin límites, un avivamiento con ‘A’ mayúscula alrededor del mundo.

El ayuno prolongado tiene resultados extraordinarios. El primer gran avivamiento de la era cristiana no se originó en el año 0 con el nacimiento de Jesús, sino en el año 30 y como consecuencia de un ayuno de 40 días: “El Espíritu llevó a Jesús al desierto… Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó…”, Mateo 4:1-2 (NTV). El más grande avivamiento de la historia fue precedido de oración y ayuno. Pero no por cualquier ayuno sino por uno prolongado. Los efectos explosivos de semejante ayuno repercutieron pronto en todo el mundo conocido y ha llegado hasta nuestros días. Tal es el poder del ayuno, una disciplina espiritual poderosísima, lamentablemente infrautilizada en el arsenal de la iglesia. El ayuno prolongado es capaz de cambiar realidades. Es decisivo para transformar naciones y tiempos históricos. Al comienzo recordábamos la paupérrima crisis que vivía la nación de Israel bajo el gobierno la carne representado por Saúl. Pero pronto, esa crisis dio lugar a la esplendorosa época dorada bajo el gobierno del Espíritu, encarnado por David. Lo que pocos advierten es que semejante transición tuvo lugar después de un ayuno corporativo: “Cuando los habitantes de Jabés… se enteraron de lo que habían hecho… con Saúl… guardaron siete días de ayuno, 1º Samuel 31:11-13 (NVI). Una nación en ruinas se convirtió en una nación próspera después de un ayuno colectivo y prolongado. En la época de Ester ocurrió lo mismo. Un solo día de ayuno no bastaba para terminar con un decreto de muerte. Existen batallas que no se ganan con solo un día de ayuno. Es necesario un ayuno prolongado. La restauración de una nación, ciudad o familia exige un compromiso serio y de largo alcance. ¿Estás viviendo una situación insalvable? Ora, ayuna y ayuna con otros creyentes y hazlo por más de un día. El cambio es posible, pero hay que pagar el precio. Estudia las Escrituras y verás que muchas de las batallas imposibles se ganaron mediante el poder oculto del ayuno colectivo y prolongado. No minimizamos el valor de los ayunos cortos, pero ya no podemos ignorar el modelo y la potencia de un ayuno prolongado. Ganar una victoria épica sobre nuestro matrimonio, ministerio, familia, trabajo o nación no alcanza con solamente un día de profundidad. Necesitamos un compromiso más serio. ¿Estás dispuesto a ser parte del cambio histórico? Te esperamos mañana en el punto de partida.