Cómo tener una familia bendecida 14/07/22 #1204J

Episode 216,   Jul 19, 2022, 01:34 PM

 Pastor José Luis Cinalli
14/07/22
Cómo tener una familia bendecida 
  
“El carcelero… preguntó: … “¿Qué debo hacer para ser salvo?”. Ellos le contestaron. “Cree en el Señor Jesús y serás salvo junto con todos los de tu casa”. Y le presentaron la palabra… tanto a él como a todos los que vivían en su casa... Enseguida ellos lo bautizaron a él y a todos los de su casa… y tanto él como los de su casa se alegraron porque todos habían creído en Dios”, Hechos 16:29-34 (NTV).

¿Has notado la cantidad de veces que se menciona la expresión “todos los de su casa”? Pablo le promete al carcelero que si cree en Jesús no solo él sino “todos los de su casa” serían salvos. La palabra de Dios fue predicada a “todos los de su casa” y “todos los de su casa” fueron bautizados. Además “todos los de su casa” se alegraron porque habían creído en Dios. ¿Recuerdas lo que le dijo Jesús a Zaqueo? La salvación ha venido hoy a esta casa..., Lucas 19:9 (NTV). No hay dudas de que Dios anhela bendecir toda nuestra familia.

Dios piensa en familias, no en individuos. Cuando Pablo y Silas llegaron a la ciudad de Filipo predicaron a un grupo de mujeres. Una de ellas, llamada Lidia, se convirtió a Dios, Hechos 16:14. Advierte lo que se dice a continuación: “Entonces ella y todos los de su casa se bautizaron...”, Hechos 16:15 (PDT). 
Mientras Pablo “estaba entregado por entero a la predicación de la palabra… el principal de la sinagoga creyó en el Señor con toda su casa y… fueron bautizados, Hechos 18:5-8. ¿Recuerdas la historia de Cornelio? Un ángel le dijo: “… Manda a llamar a… Simón Pedro. ¡Él te dirá cómo tú y todos los de tu casa pueden ser salvos!, Hechos 11:13-14 (NTV). Cornelio hizo exactamente aquello que el ángel le ordenó y mientras Pedro predicaba “el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje, Hechos 10:44 (NTV). ¡TODA la casa de Cornelio fue salva, TODOS fueron llenos del Espíritu Santo y TODOS fueron bautizados!

¡El propósito de Dios es bendecir familias! Dios quiere que tengamos “… familias… bendecidas…, Génesis 12:3 (NTV). Dios tiene en mente que tu familia viva bajo cielos abiertos, por tanto, no te conformes con menos. No te resignes a la pérdida. No renuncies a lo que Dios te ha  dado. Si te mantienes en el camino de la obediencia Satanás no podrá cerrar el cielo que Dios abrió sobre tu familia. ¿Escuchaste? El infierno no podrá bloquear los recursos y alejarte de las bendiciones y el afecto del Padre. Jesús dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella, Mateo 16:18. ¿Has pensado alguna vez que estamos a la ofensiva y no a la defensiva? ¡Las ‘puertas’ que los demonios quieran establecer en tu familia no prevalecerán! Avanza, toma y conquista los territorios que están bajo el dominio del diablo. Jesús prometió que ninguna puerta del infierno permanecerá. El deseo de Dios es que tengas una Familia Bendecida y si pones en práctica los principios escriturales que te presentamos a continuación la tendrás. Sí, ¡tú y tu familia serán BENDECIDOS!

Noé tenía comunión con Dios

“… Noé… anduvo en íntima comunión con Dios, Génesis 6:9 (NTV). 

¡El barco que Noé construyó no era una canoa! Tan solo imagina construir una embarcación totalmente impermeable, de más de una cuadra y media de largo, 25 metros de ancho y tan alta como un edificio de 5 pisos. Su capacidad de carga superaba a la de 500 vagones de tren. Hay quienes dicen que transportó 70 mil animales de más de 35 mil especies diferentes. Además fue construido a kilómetros del agua, en un lugar donde nunca llovía y por unos pocos hombres fieles que le creyeron a Dios y obedecieron su Palabra. La familia de Noé fue la única elegida por Dios para salvarse de la gran catástrofe mundial. No cabe duda de que Noé tuvo una familia bendecida. ¿Cuál fue su secreto? En primer lugar ¡su amistad con Dios!

Para Noé el tesoro más importante que tenía era Dios. Y debería ser el nuestro también. Ahora bien, debes cuidarlo porque el infierno vendrá por ese tesoro. Su intención es arruinar nuestra comunión con Dios como lo hizo con Adán y Eva. Al comer del fruto prohibido murieron espiritualmente. Advierte este hecho. La serpiente no le habló a Eva mal de su esposo sino de Dios, Génesis 3. Romper matrimonios, arruinar familias y acabar con ministerios es algo secundario para el diablo. Él sabe muy bien que si logra poner una cuña en nuestra relación con Dios todo lo demás sufrirá. Después que Adán y Eva pecaron la debacle familiar fue cuestión de tiempo. Al descuidar el tesoro más importante que tenían, todo se vino a pique. Perdieron el hogar, la familia, el ministerio y el trabajo. Y no solo ellos sufrieron. La desgracia pasó de generación en generación. ¡El pecado tiene un efecto destructivo y expansivo!

Satanás sabe que para destruirnos y destruir lo que tenemos tiene que lograr primero que nos apartemos de Dios. El diablo está de ronda buscando devorar nuestra vida espiritual. ¿Lo ves? La raíz de todas las desgracias está en alejarse de Dios. ¿Estás en el pozo? No podrás salir de allí si primero no resucita tu relación con Dios. No se puede reavivar un matrimonio, restaurar una familia o recuperar un ministerio si primero no se restaura la más importante de todas las relaciones. Intentarlo sin Dios no te dará resultado. Las cinco claves, las tres llaves y los diez principios que prometen sacar tu matrimonio, tu familia o tu economía a flote son simplemente maquillaje para tu problema. Deja de intentarlo por medios equivocados. El mejor consejo que tenemos para ti es este: ¡recupera tu vida espiritual!  

Observa la estrategia del diablo. Le habló a Eva mal de Dios. El diablo es el gran instigador del pecado. Siembra nuestro corazón de cizaña esperando fisurar la relación que tenemos con el Señor. No está conforme con haberse rebelado contra Dios, espera que todo el mundo haga lo mismo. Y no descansa a fin de cumplir con ese propósito. No interesa si es en el Edén o en el Getsemaní, su misión es alejar de Dios a cuantas personas pueda. Recuerda entonces que el bien más preciado que tienes es tu amistad con Dios. David lo sabía muy bien por eso dijo: “Solo una cosa… pido… habitar en la casa del Señor por el resto de mi vida. Así podré disfrutar el placer de estar junto al Señor…”, Salmo 27:4 (PDT). Cuando la prioridad de David fue Dios, él, su familia y su nación vivieron la época más esplendorosa de todas. Pero el día en que descuidó su vida espiritual todo se vino a pique. ¡El desastre comenzó en el lugar secreto! 

Otro ejemplo fue el de Obed-edom. Este hombre tenía una relación muy cercana con Dios al punto que cuando ‘cambió de domicilio’, Obed-edom se mudó de casa y se convirtió en custodio de las puertas del templo donde ahora moraba el arca de su presencia, 1° Crónicas 15:24. Obed-edom no seguía la bendición, él quería intimidad con Dios y la intimidad le trajo bendición. Tan grande fue esa bendición que toda su familia estuvo comprometida en el servicio a Dios. Aun dos siglos después se lee que sus descendientes todavía eran porteros en la casa de Dios, 2º Crónicas 25:24. La pasión por Dios se mantuvo viva de generación en generación. ¿No te gustaría que en tu hogar sucediera lo mismo? Entonces recuerda este principio escritural: ¡una familia bendecida es una recompensa por seguir a Dios! No descuides tu relación con Dios ya que el éxito en la vida y por supuesto en la familia deriva del éxito en el lugar secreto. 

Cierta vez un joven visitó el hogar de un anciano que según se decía nunca había perdido el primer amor por Cristo. Éste yacía cómodamente sentado en el pórtico de su casa contemplando el hermoso atardecer. El jovencito se acercó y le hizo esta pregunta: “¿Por qué la mayoría de los cristianos buscan intensamente a Dios durante algún tiempo después de su conversión para luego caer en una vida complaciente, religiosa y ritualista y terminan viéndose iguales a su vecinos que no son cristianos? Me han contado que usted ha buscado fervientemente a Dios a lo largo de toda su vida. La gente ve algo en usted que no se ve en la mayoría de los otros cristianos. ¿Qué lo hace diferente?”. El anciano sonrió y luego dijo: “Un día, estaba yo tranquilamente sentado en este mismo lugar junto a mi perro. De repente, un hermoso conejo blanco pasó delante de nosotros. Mi perro saltó y corrió apasionadamente detrás de él a través de las colinas. Pronto, otros perros, atraídos por sus ladridos, se unieron. ¡Qué espectáculo fue ver esa jauría corriendo y ladrando a través de las ensenadas, terraplenes, y espesuras! Sin embargo, gradualmente, los perros, uno a uno, dejaron la persecución, solo mi perro continuó acaloradamente persiguiendo al conejo blanco. En esta historia joven amigo, está la respuesta a la pregunta”. El muchacho se sentó en silencio para reflexionar y finalmente dijo: “No entiendo. ¿Cuál es la conexión entre la persecución del conejo y buscar a Dios?”. “No entendiste porque no hiciste la pregunta correcta”, contestó el anciano. “¿Por qué los otros perros dejaron de perseguir al conejo? Y la respuesta es: porque ellos no habían visto al conejo. Si no ves la presa, la persecución es muy difícil”.


¿Cómo es posible que los primeros creyentes tuvieran tanta pasión y valentía en predicar a pesar de tanta persecución? ¿Cómo es posible que vivieran tan apasionados por Cristo al punto de dar su vida por Él? La respuesta es que ellos ‘vieron la presa’. La clave para que el amor por Dios no se apague y que nuestros ministerios sean tan efectivos como lo fueron los de los apóstoles es: ¡pasar mucho tiempo con Jesús! ¡El secreto sigue siendo el lugar secreto!