La dieta de la alegría 04/06/23 #1251

Episode 272,   Jun 04, 2023, 10:09 PM

4/6/2023
La dieta de la alegría

“… Los que permanecen en mí… producirán mucho fruto… Cuando producen mucho fruto… le da mucha gloria a mi Padre… y… desbordarán de gozo…”, Juan 15:5-11 (NTV).

Llama la atención el poco gozo y la poca fe que los creyentes tienen hoy en día. Muy diferente a los creyentes de la primera hora quienes se caracterizaron por el gozo en medio del sufrimiento y la fe en medio de la persecución. Pese a contar con mayores posibilidades, languidecemos espiritualmente. Los recursos para desarrollar nuestra fe son incontables: cursos, seminarios, música, prédicas, mensajes y estudios bíblicos las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Aquellos ni siquiera tenían el N.T. disponible, apenas algunos fragmentos aislados del Antiguo Testamento y algunas cartas que llegaban, de tiempo en tiempo, enviadas por los primeros apóstoles. Sin embargo, vivían gozosos predicando a Cristo y morirían gozosos dando testimonio de su fe en Cristo. ¿Por qué no tenemos esa clase de vida abundante que ellos disfrutaban? ¿Qué es lo que ellos hicieron para tener esa fe inquebrantable y ese “profundo, glorioso e indescriptible gozo”, 1ª Pedro 1:8 (NT-BAD)? Adoptaron la oración y la predicación como estilos de vida. ¡Compartir a Cristo les daba felicidad! Qué universidad te dirá eso. ¡Somos felices cuando hacemos feliz a Dios! La alegría de Dios es nuestra alegría. Y nada le produce a Dios más alegría que ver a un pecador arrepentido: “¡Hay… alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios…!”, Lucas 15:7 (NTV). ¡El método bíblico para ser feliz y hacer feliz a Dios es traer ovejas a Su redil! La razón por la que hoy en día existe tan poco gozo entre los creyentes es la desobediencia en cumplir la gran comisión. No predicamos a los perdidos. ¿Y por qué no predicamos? Porque no los amamos. ¿Y por qué no los amamos? Porque no amamos al Señor. Jesús dijo: Si… me aman, obedecerán mis mandamientos”, Juan 14:15 (DHH). La indiferencia por las ovejas perdidas es una clara evidencia de nuestra debilitada relación de amor con Dios. No se puede amar lo que Dios ama, sin amar a Dios primero. Y no podemos amar a Dios si no lo conocemos. Y no lo conocemos porque no pasamos tiempo a solas con Él. ¿Lo ves? ¡El verdadero gozo comienza en el lugar secreto!

Observa lo que dijo Jesús: “Cuando producen mucho frutole da mucha gloria a mi Padre”, Juan 15:8 (NTV). “Mucho fruto… mucha gloria”. ¿Qué significa dar frutos para Dios? Desarrollar una vida parecida a la de Cristo. El que permanece unido a Cristo y comparte el evangelio lleva muchos frutos. De esa manera Dios es glorificado y nosotros nos transformamos en personas felices: “… Desbordarán de gozo, Juan 15:11 (NTV). Aunque parezca increíble, ¡la dieta del gozo comienza con la obediencia al mandamiento de predicar! El mundo y el infierno se han complotado para hacernos creer que algo nos falta para ser felices. Para algunos será la pareja y para otros será el hijo, las vacaciones, la moto o el auto. Siempre estamos detrás de aquello que promete llenarnos de felicidad. ¿Lo has visto? Ahí está el muchacho o la chica amargada, deprimida y bajoneada esperando una pareja que la haga feliz. Y ahí están los casados aceptando la mentira de que no son totalmente felices porque les falta un hijo y viven sin vivir porque todavía no tienen uno. Así trabaja el diablo, siempre nos hace ver que la felicidad está en lo que todavía no tenemos. Y aunque al fin logremos esas cosas, la alegría es efímera. Porque no son las cosas las que producen gozo profundo, glorioso e indescriptible sino solo la amistad y el servicio a Dios. Jesús dijo: Si permanecen en mi… desbordarán de gozo, Juan 15:7-11 (NTV). 

El que no comparte a Cristo no ha conocido el verdadero gozo. Es posible que tenga alguna que otra alegría. Un rica comida, unas hermosas vacaciones o un auto nuevo puede darnos felicidad pero momentánea; la alegría duradera la produce solo Cristo y el servicio a Él. El verdadero gozo se experimenta cuando uno comparte las buenas noticias. Gozo es lo que sentimos en nuestros viajes evangelísticos como el que hicimos este fin de semana al norte de nuestro país. Es emocionante ver y escuchar los testimonios que comparten los caminantes después de su jornada de evangelización. Los hermanos vuelven verborrágicos contando sus experiencias en la evangelización casa por casa. Qué sorpresa nos llevamos el sábado por la noche cuando llegamos al albergue. El día había comenzado gris y lluvioso. Aunque lo intentamos, se hizo imposible caminar por los barrios, por lo que guiados por el Espíritu Santo, nos trasladamos a la ciudad de Tafí del Valle, el único lugar donde no llovía en toda la provincia. Después de dos largas horas de viaje transitando caminos de cornisas llegamos al lugar. Hacía frío y muchos hermanos estaban todavía mojados del intento por predicar debajo del agua en San Miguel de Tucumán. Aun así, con mucho entusiasmo, nos aventuramos a conquistar nuevos territorios para el Señor. Los testimonios comenzaron a llegar. Los teléfonos se saturaron literalmente de los testimonios que los evangelistas compartían. Se visitó casa por casa. Todos los hogares fueron alcanzados por el mensaje de salvación. Todos han tenido la oportunidad de conocer a Cristo y tener la vida eterna. Al regresar, ya bien entrada la noche, nos encontramos en la cocina del albergue con dos jovencitas que no paraban de llorar. Pensábamos que algo malo les había sucedido. Nada de eso. Lloraban de gozo. Desbordaban de gratitud. ¿Y de dónde provenía esa felicidad? ¡De compartir la Palabra! El gozo experimentado no era fingido sino real y solo Dios lo produce en quienes le obedecen sembrando la semilla del evangelio. ¿No quisieras experimentar lo mismo? Estás a tiempo. La invitación permanece vigente y la aventura continúa. ¡No existe satisfacción, plenitud y gozo máximo fuera de Dios! ¡Solo en Dios se obtiene la verdadera felicidad! 

Resumamos la enseñanza. El gozo es el derivado de la obediencia, la obediencia procede del amor a Cristo y nadie ama a Cristo si no pasa tiempo con Él. En otras palabras, ¡el principio del gozo es la comunión con Dios! ¡La dieta de la alegría comienza en el lugar secreto! Pero también es el principio de la fe, la otra cosa que escasea entre los creyentes de hoy en día. La obediencia produce fe. ¿Recuerdas el día en que los discípulos le pidieron a Jesús que aumentara la fe? Jesús fue muy claro con ellos. Les dijo que la falta de fe es el resultado de la desobediencia: “Cuando un sirviente vuelve de… cuidar las ovejas, ¿acaso su patrón le dice: “Ven y come conmigo”? No, le dirá: “Prepara mi comida… y sírveme… Luego puedes comer tú”. ¿Y le agradece el amo al sirviente por hacer lo que se le dijo que hiciera? Por supuesto que no. De la misma manera… cuando hayan hecho todo lo que se les ha ordenado, digan: 'Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho”, Lucas 17:7-10 (NTV, NBLH). ¿Cuál es el método de Jesús para aumentar nuestra fe? Reconocer nuestra condición de siervos haciendo su voluntad. Cuando hacemos todo lo que Dios nos pide nuestra fe se dispara por las nubes. ¡Qué tremenda revelación! ¡La obediencia a Dios aumenta nuestra fe! Es muy interesante si tenemos en cuenta que la obediencia tiene muy mala fama entre los creyentes. Sin embargo, la obediencia es esencial para nuestra fe. Y además aumenta nuestro gozo: Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi… así desbordarán de gozo”, Juan 15:10-11 (NTV). 

Obedecer a Dios no acaricia nuestro ego. Por lo tanto no es un tema inspirador para ayudarnos a sentirnos mejores con nosotros mismos. Consideremos la obediencia como un recurso que nos llena de poder para ser la clase de creyentes y líderes que la iglesia y el mundo de hoy necesita. Para cumplir con el propósito y el llamado de Dios no necesitamos extrapolar métodos de mercadeos mundanos, necesitamos rendirnos completamente al Señorío de Cristo. La obediencia es esencial. Nada puede reemplazarla, ni siquiera la capacitación académica. Muchos creyentes están ‘demasiadas capacitados’ para operar en el mundo espiritual. ¿Y sabes por qué? Porque se apoyan en sus capacidades para servir a Dios. ¡Desaprendamos el mundo y seamos llenos del Espíritu Santo! La capacitación es importante, pero es más importante de dónde proviene y cómo la empleamos. Alguien dijo: “consigue toda la educación que puedas y procura todos los títulos que te sea posible y, después, cuando hayas terminado, ponlo todo en el altar y entrégaselo a Dios. Si Dios lo usa, estupendo. Si Dios no usa esa educación, será una decisión suya”. Cuando ponemos en el altar nuestra educación, experiencia, dones, expectativas, y le entregamos nuestro trabajo y ministerio a Dios sin reservas, e incluso estamos dispuestos a alejarnos de ello, entonces Dios, en su poder, puede darnos lo que Él quiere que tengamos.1 Santifiquemos y consagremos nuestra vida a Cristo. Despidámonos del mundo y enterremos nuestra vida vieja para vivir la nueva vida que Cristo nos ofrece. De esa manera no decepcionaremos a Dios y nosotros seremos personas bendecidas, llenas de fe y de gozo.
aído en su jaula!