La bendición comienza con la honra 2/7/2023 #1255

Episode 276,   Jul 02, 2023, 08:28 PM

Pastor José Luis Cinalli
2/7/2023
La bendición comienza con la honra

“… Dios se le apareció a Abraham… mientras estaba sentado a la entrada de su tienda… De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres… Corrió a su encuentro, y se inclinó ante ellos en señal de respeto, y les dijo: —… estoy para servirles… no se vayan… Voy a ordenar que traigan… agua, para que se laven los pies… Voy a traerles… pan… ¡Esta es su casa, y estoy para servirles! Abraham entró corriendo a la tienda donde estaba Sara, y le dijo: “… Toma unos veinte kilos de la mejor harina, y ponte a hacer pan”. Luego… tomó el más gordo de sus terneros, y se lo dio a un sirviente para que lo preparara… Además… Abraham les ofreció a sus invitados mantequilla y leche. Mientras ellos comían, Abraham se quedó de pie bajo un árbol, atento para servirles… Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa… será madre de un hijo…”, Génesis 18:1-10 (TLA).

Dos de los tres ‘hombres’ que se le aparecieron a Abraham eran ángeles; mientras que el otro era Dios: “Dios se le apareció a Abraham… y Dios le dijo a Abraham…”, Génesis 18:1,13. ¿Cómo es posible que Abraham haya visto a Dios cuando la Biblia dice que “nadie ha visto a Dios jamás”, 1ª Juan 4:12? Lo que nadie ha visto es a Dios el Padre; pero sí a Dios el Hijo: “Cristo es la imagen visible del Dios invisible…”, Colosenses 1:15 (NTV). Cristo es Dios revelado: “El que me ha visto ha visto al Padre”, Juan 14:9 (NT-BAD). En Cristo, el invisible Dios, llegó a ser visible: “Nadie ha visto jamás a Dios, pero el Hijo único, quien… es Dios, nos lo ha dado a conocer…”, Juan 1:18 (PDT). El uso del tiempo verbal “nos lo ha dado a conocer” implica que las manifestaciones visibles del Dios invisible a la humanidad no fueron limitadas a su encarnación. Jesucristo ha dado a conocer a Dios el Padre aun en el A.T. Jesús dijo que las Escrituras del A.T hablaban acerca de él, Juan 5:39. Además se lee: “… Belén… de ti… saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas (plural) son desde el principio, desde los días de la eternidad”, Miqueas 5:2. Compara este versículo con aquel que dice: “Nadie conoce… al Padre excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo, Mateo 11:27 (NTV). El Hijo es quien revela al Padre. Si nadie ha visto a Dios el Padre (1ª Timoteo 6:16), y si Jesús es el único que lo ha dado a conocer desde el principio, es evidente que quien se le apareció a Abraham en forma humana fue Dios el Hijo antes de su encarnación. Las cristofanías eran comunes en el A.T., Génesis 16:7-10; Jueces 6:11-14.

Volvamos al pasaje. Dios dijo: “… Ya son muchas las quejas que hay en contra de Sodoma… Iré allá y veré con mis propios ojos si es verdad todo lo que me han dicho”, Génesis 18:20-21 (TLA). Aunque Dios está decidido a visitar Sodoma, finalmente no lo hace. Sobre la marcha cambia de planes y se demora en la casa de Abraham: “Los otros hombres se… dirigieron a Sodoma, pero el SEÑOR se quedó con Abraham, Génesis 18:22 (NTV). Fue tan bien tratado en el hogar de Abraham que no quiso irse. Qué gran lección: ¡la honra atrae la presencia del Señor! El que quiera contar con Dios y su bendición deberá imitar la conducta de Abraham y brindarle un ambiente de respeto y honra. Sodoma no tenía ningún atractivo para Dios. Ni siquiera el ‘creyente Lot’ representaba un incentivo para que Dios se trasladara a su hogar. En realidad, Lot no despertaba la simpatía de ningún ser celestial, ya que los ángeles preferían pasar la noche en la plaza antes que hospedarse en su casa: “en la calle nos quedaremos”, Génesis 19:3. Está muy claro: ¡Dios no simpatiza con los hombres de corazón mundano! 

Considera el respeto, la deferencia y el buen trato que Abraham le dispensa al Señor. Corre a su encuentro y se inclina ante Él en señal de respeto. Le trae agua para que se lave los pies. Ordena que se hornee el mejor pan, sacrifica el mejor de sus terneros y lo sirve sin sentarse con Él a la mesa. En fin, sus palabras resumen su comportamiento: “¡Esta es su casa y estoy para servirles!”, Génesis 18:5 (TLA). Dios no pudo y no puede ser indiferente a una persona que lo trata con tanta solicitud. La bendición que Abraham recibió fue la consecuencia de su buen trato hacia Dios: “El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa… será madre de un hijo”, Génesis 18:10 (TLA). La hospitalidad es un deber cristiano (Hebreos 13:2), pero ser un buen anfitrión de la presencia divina es mucho más importante. Dios va donde lo invitan, pero se queda donde lo honran. En la casa de Marta, María y Lázaro Jesús era recibido con gran honor (Juan 12:1-2), por esa razón siempre volvía. En cambio, nunca leemos que Jesús regresara a la casa del Simón el leproso. Su irreverencia y falta de hospitalidad hicieron que Jesús visitara su casa solo una vez, Lucas 7:36-48. La forma en la que tú tratas a Jesús es la forma en la que Él te tratará a ti. Dios siempre estará donde sea bien recibido.  

El principio bíblico revelado en el pasaje que estamos estudiando es superlativo: ¡cuando tú le preparas un lugar donde Dios puede sentirse como ‘en casa’, Él vendrá y lo habitará! ¿Recuerdas lo que sucedió con las familias de Abinadab y Obed-edom? Ambas hospedaron el arca de la presencia. En la casa de Abinadab el arca permaneció 20 años y el hogar nunca fue bendecido. Sin embargo, en casa de Obed-edom el resultado fue muy diferente: El SEÑOR ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene a causa del arca de Dios, 2º Samuel 6:12 (NTV). ¿Por qué la casa de Abinadab no fue bendecida, como sí lo fue la de Obed-edom? Porque Dios no fue bien recibido. La presencia del Señor pasó desapercibida. Lo que sucedió con Uza, el hijo de Abinadab, es el reflejo de lo que acontecía en el hogar. Nadie respetaba a Dios en esa casa. El arca era un ‘mueble’ más. Sin embargo, lo que no sucedió con Abinadab en veinte años sucedió con Obed-edom en tres meses. ¿Cuál era la diferencia? La respuesta no es el arca. Las dos casas la tuvieron. La respuesta es la actitud frente al arca. Obed-edom recibió el arca con temor y reverencia. Abrió su casa y recibió la presencia con respeto y expectación. ¡La forma en la que tratas a Dios es la forma en la que Él te tratará a ti!

No estamos insinuando que tratemos bien a Dios por conveniencia sino por amor. Obed-edom estaba enamorado de Dios y no de sus regalos. Es cierto, cuando tú buscas a Dios también encuentras su favor. Pero Obed-edom sabía la gran diferencia entre tener a Dios y tener su bendición. Pretender la bendición de Dios sin amarlo es pura mezquindad. Las personas que aman a Dios no pueden estar separadas de Dios. Cuando el arca estaba a punto de ser trasladada a Jerusalén, Obed-edom debe haberle pedido al rey que lo dejara un instante en la habitación junto al arca. Arrodillado y ante la presencia de Dios debe haber dicho algo parecido a lo que dijo Rut: “a dondequiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré”, Rut 1:16. Y así sucedió. El arca de la PRESENCIA se fue a Jerusalén y Obed Edom la siguió. Imagínate lo que podría suceder si decidiéramos honrar a Dios. Imagínate la bendición que se desataría en nuestros hogares si decidiéramos provocar una atmósfera de honra y respeto a Dios. Papá, mamá, honren a Dios, respeten sus mandamientos, ámenlo y procuren que toda la familia haga lo mismo. Reúnan a sus hijos y con todo el amor del mundo díganle que de ahora en adelante se respetará a Dios y que ya no se lo tratará como alguien más sino que se le dispensará la mejor atención.

Muchas personas quieren la bendición de Dios, pero no quieren pagar el precio de obedecerlo. Y esa es la razón por la que Dios ‘no funciona’. ¡Dios solo se manifiesta en una atmósfera de reverencia! Dios podría visitar un lugar, pero no se manifestará si no se lo respeta. ¿Recuerdas al sumo sacerdote Elí? Dios decidió marcharse de su casa porque allí todos eran irreverentes con Él. Esfuérzate por hacer que Dios se hospede en tu casa, trátalo de tal manera que Él quiera quedarse y SU BENDICIÓN NUNCA TE FALTARÁ.  

Si lees la Biblia con atención verás que todos aquellos que honraron y respetaron a Dios fueron grandemente bendecidos. ¿Cómo se lo trata a Dios en tu casa? ¿Es honrado cuando navegas por internet? ¿Es honrado en la sexualidad? ¿Es honrado en la forma en la que tratas a tu familia? Ocúpate de crearle a Dios un ambiente de honra, respeto y consideración Y SU PRESENCIA NUNCA TE FALTARÁ.

¿Sabes qué les sucede a las personas que respetan y obedecen a Dios? Tienen su amistad. “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos…”, Juan 15:15 (NVI). ¡La obediencia trae amistad; la amistad atrae su presencia y la presencia atrae SU BENDICIÓN! ¡Así de sencillo!