Por qué orar es tan difícil 4/2/2024 #1285

Episode 307,   Feb 04, 09:27 PM

Pastor José Luis Cinalli
4/2/2024
Por qué orar es tan difícil

 “El Espíritu de Dios llevó a Jesús al desierto… donde… fue tentado por Satanás durante cuarenta días…”, Marcos 1:12-13 (TLA, NTV).

Cuando Dios tiene pensado promocionar a una persona la lleva al desierto. José fue probado en la casa de Potifar y en la cárcel antes de ser promovido a su nueva misión en el gobierno de Faraón. Jesús fue probado en el desierto antes de comenzar su ministerio público. Por supuesto, siempre es mejor examinarnos a nosotros mismos antes de que Dios lo haga. El que tiene un sano temor de Dios, a menudo, estará probándose a sí mismo porque no querrá que algo interrumpa el flujo de la gracia divina o impida escalar nuevos niveles en la intimidad con Dios. El creyente devoto está siempre inventariándose a sí mismo, probando su fervor, pasión, fidelidad, pureza y entrega. Está siempre meditando e inquiriendo en el interior para que ninguna mala hierba crezca en su corazón. Recuerda que Dios prueba nuestro corazón. “El fuego prueba la pureza del oro… pero el SEÑOR prueba el corazón, Proverbios 17:3 (NTV). Debemos servir a Dios pero con la motivación correcta porque podríamos estar haciendo lo correcto con un corazón torcido, como lo hizo el rey Amasias quien “… hizo lo recto ante los ojos de Jehová aunque no de perfecto corazón, 2º Crónicas 25:1-2. Nuestras vidas son evaluadas según nuestras motivaciones. Dios no se fija en las apariencias sino en el corazón, 1º Samuel 16:7. David lo sabía muy bien, por eso le dijo a su hijo Salomón: “Te pido que siempre le sirvas (a Dios) con un corazón puro… porque el Señor siempre mira el corazón…”, 1º Crónicas 28:9 (PDT). No esperemos un homenaje por nuestro servicio. Sirvamos con agrado y dejemos que Dios maneje los honores. Un sacrificio hecho para ganarse el aplauso de la gente se hace polvo y no sirve de nada. Pero un sacrificio hecho para Cristo, gana el aplauso del cielo. Al diablo le gusta susurrarnos al oído: “no estás obteniendo suficiente reconocimiento”, “la iglesia no aprecia lo que estás haciendo”, “tú podrías hacerlo mucho mejor que la persona que eligieron. Mereces un ascenso”. No te dejes engañar. No intentes ser alguien a los ojos de la gente porque ya eres alguien a los ojos de Dios. Esta es la regla de oro: ¡amemos porque Dios nos amó primero, perdonemos porque Dios nos perdonó primero y sirvamos por que Dios nos sirvió primero! 

Una oración que se escucha muy a menudo en nuestro lugar secreto es ésta: “Señor, ayúdenos a reconocer aquellas cosas que tengan el potencial de ensuciar su reputación, arruinar nuestra vida espiritual o condicionar sus grandísimos y maravillosos propósitos”. Si queremos ser agraciados con Su presencia y ser hombres y mujeres de poder debemos arreglar todas las cuentas pendientes que tengamos con Dios. ¡El camino al avivamiento pasa por la estación del arrepentimiento! ¡Aplastemos el orgullo y seamos humildes! ¡Mordamos el polvo y confesemos nuestros pecados! ¡Despachemos la incredulidad y limpiemos el corazón de los residuos tóxicos de nuestra antigua naturaleza! ¡Ordenemos nuestro mundo interior antes de que Dios nos pida cuenta! No te conformes con vivir por debajo de la gloria de Dios. Renuncia a la mediocridad espiritual. Conviértete en un mensajero llama de fuego, incendiando el corazón de aquellos que no todavía no reconocen a Cristo como Señor y Salvador de sus vidas. Nada menos que una vibrante vida de amistad con Dios vale la pena.

Ahora bien, realizar un inventario personal a fin de que la gloria Shekinah de Dios repose en nuestras vidas, hogares y ministerio es una cosa y, ser tentados por Satanás, es otra. Contra las asechanzas del diablo no existe inmunidad. Satanás tentó a Jesús después de ser declarado Hijo de Dios, Lucas 3:22. Los grandes privilegios y las señales especiales del favor de Dios no nos exonera de la tentación. Y, ¿cuál es el objetivo principal de toda saeta envenenada que llega desde el infierno? ¡Atentar contra el lugar secreto! El diablo buscará arruinar nuestra vida de oración. ¡Dios está en el lugar secreto! ¡Dios nos escucha en el lugar secreto y Dios nos habla en el lugar secreto! “Te respondí en lo secreto…”, Salmo 81:7. ¡La intimidad con Dios no existe fuera del lugar secreto! Por eso el diablo concentra todo su ataque y emplea toda su artillería para alejarnos de ese bendito lugar. Su intención es meter una cuña en nuestra relación con Dios. ¿Te das cuenta? Para mantener el espíritu de oración batallamos con poderes de las tinieblas que se nos oponen. Conocemos el poder de la oración por los esfuerzos de los malos espíritus para distraernos durante el divino trabajo; y experimentamos el fruto de la oración por la derrota de nuestros enemigos. Orar es un trabajo arduo. Es gloria y bendición; pero también es trabajo y tribulación, batalla y agonía. ¿Por qué crees que Satanás se le apareció a Jesús en el desierto? Lo molestó durante los 40 días de su retiro con el único propósito de arruinar su comunión con el Padre, “… Fue tentado por el diablo durante cuarenta días…”, Lucas 4:2 (PDT). No creas que ganaste la batalla cuando el diablo te deje porque lo mismo hizo con nuestro Maestro y después de un tiempo embistió solapadamente dentro de Judas para interrumpir ese glorioso momento que tenía con el Padre en el Getsemaní, Lucas 22:47. No te sorprendas si Satanás se te aparece o envía a algunos de sus ‘siempre dispuestos seguidores’ para arruinar tus tiempos de oración. Por tal motivo, ¡lucha por tu relación con Dios! ¡Empéñate en conocer íntimamente a Dios porque tu vida depende de eso!

¿Qué es lo que más nos desmotiva del lugar secreto? ¡La falta de resultados inmediatos! Queremos la bendición y la queremos ahora. Nuestra impaciencia nos hace vulnerables a las mentiras del Mentiroso. ¿Quién sino el mismo diablo nos hace creer que perdemos el tiempo y de que se logra muy poco en el lugar secreto? Es cierto que no siempre escuchamos la voz de Dios y también es cierto que los resultados de la oración no llegan de inmediato. Se recoge en una época diferente a la que se siembra. Lo que sí es cierto es que la recompensa llegará. ¿De dónde proviene nuestra seguridad? De la promesa de Jesús. Y Dios siempre cumple lo que promete. Cuando ores tu Padre… te recompensará, Mateo 6:6 (NT-BAD). La virtud más grande del lugar secreto es la paciencia: “Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia a que él actúe”, Salmo 37:7 (NTV). ¡La espera paciente en la presencia de Dios arrebata bendiciones! ¡La inversión de sembrar en oración alcanza su recompensa después de un tiempo! ¡Lo que siembras hoy requiere una temporada completa de crecimiento antes de que veas la manifestación de los resultados! Por tal motivo lucha para mantener el lugar secreto como un estilo de vida. Nada podrá reemplazar el poder y la autoridad espiritual que se desprende cuando nos sentamos a los pies de Jesús y escuchamos su dulce voz. “Mientras Saúl usaba la corona sin Dios, Dios usaba a David sin corona. La intimidad con Dios siempre valdrá más que cualquier cargo o posición”, Billy Graham.

Uno de los mejores ejemplos en la Biblia de este principio rector del lugar secreto es Cornelio, un devoto gentil, que se entregó de lleno a la oración en el lugar secreto y como resultado fue lleno del Espíritu Santo él y toda su familia. El ángel le dijo: “Dios ha escuchado tus oraciones...”, Hechos 10:4 (RVC). La gran bendición que Cornelio recibió fue el resultado de su entrega al lugar secreto. “Cornelio dijo: …yo estaba en ayunas; y… mientras oraba… se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios, Hechos 10:30-31. Cornelio oraba, ayunaba y ofrendaba. Y Jesús dijo: Cuando des… tu Padre… te recompensará… Cuando ores… tu Padre… te recompensará… Cuando ayunes… tu Padre… te recompensará”, Mateo 6:3-4, 6, 16-18 (NTV). ¡Qué gran lección! Cornelio mantuvo viva la llama de la oración en el lugar secreto y Dios lo bendijo. Cornelio fue perseverante en el lugar donde Dios está y donde Dios escucha. ¡Y recibió su bendición! ¡Cornelio estaba convencido que el lugar secreto era el secreto para tener una vida victoriosa! En él se cumple la promesa de que Dios es “galardonador de los que lo buscan”, Hebreos 11:6. Cornelio fue recompensado con la más grande de todas las bendiciones: ¡ser llenos del Espíritu Santo! Pero claro, el beneficio del lugar secreto no fue instantáneo. La bendición llegó de repente, pero no de inmediato. El resultado de su apasionada búsqueda llegó después de un tiempo de larga espera. Golpeó y golpeó hasta que las puertas del cielo se abrieron. Imita su devoción y cultiva una vida secreta de oración. Dedica tu vida al lugar secreto y, a su debido tiempo, el ardiente llamado de Dios en tu pecho se volverá incontenible e imparable. Tu inversión en el lugar secreto se convertirá en un ministerio que dejará huellas en ésta y en las próximas generaciones. Atrapa el secreto del lugar secreto: ¡el que siembra en oración cosecha en bendición!