La oración que funciona - 22/6/2025 - #1357

Episode 382,   Jun 22, 09:36 PM

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Pastor José Luis Cinalli
22/6/2025
La oración que funciona

“Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran… y se les concederá, Juan 15:7 (NBLH, NVI).

“Pidan lo que quieran… y se les concederá” es una promesa condicional. La oración mueve la mano del que mueve al mundo siempre que sus palabras permanezcan en nosotros. Dios no escuchará nuestras palabras si ignoramos las suyas. Sus palabras no son solo para ser escuchadas sino para ser obedecidas. Las bendiciones de Dios no son a cualquier precio: ¡tenemos que obedecer! Para Jesús la palabra ‘permanecer’ es sinónimo de obedecer. Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mí… así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”, Juan 15:10 (NTV). Jesús espera que nosotros tengamos con Él la clase de relación que Él tenía con el Padre: “... El Padre está en mí y yo estoy en el Padre, Juan 10:38 (NTV). Veamos algunos aspectos de esa relación tan cercana entre Jesús y el Padre.

1.     Jesús permanecía en el Padre: “A Dios nadie lo vio jamás; quien lo ha dado a conocer es el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, Juan 1:18 (RVC).

2.     Jesús fue enviado por el Padre: “… He venido a ustedes de parte de Dios. No estoy aquí por mi propia cuenta, sino que él me envió”, Juan 8:42 (NTV), Juan 7:28.

3.     Jesús hablaba lo que el Padre le decía: “Yo no invento lo que enseño. Dios me envió y me ha dicho lo que debo enseñar”, Juan 7:16 (TLA).

4.     Jesús hacía solo lo que veía hacer a su Padre: “… El Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo”, Juan 5:19 (NTV).

5.     Jesús buscaba la gloria del Padre: “Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta... llevo a cabo la voluntad del que me envió y no la mía, Juan 5:30 (NTV). “Yo honro a mi Padre”, Juan 8:49 (NTV). “Siempre hago lo que a él le agrada”, Juan 8:29 (NTV); Juan 17:4, 13:31.

Ya que Jesús hacía la voluntad del Padre, dependía de los recursos del Padre y buscaba la gloria del Padre podía decir con toda seguridad: “yo estoy en el Padre” (Juan 10:38, NTV) y “yo vivo gracias al Padre...”, Juan 6:57 (NTV). Permanecer en Jesús es tener con Él la misma relación que Él tenía con su Padre: “Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió”, 1ª Juan 2:6 (NTV). Si pudiéramos vivir como lo hizo Jesús podríamos decir: “para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21) y como consecuencia tendríamos una chequera en blanco que diría: “pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!”, Juan 15:7 (NTV). En la medida en que aprendamos a permanecer en Jesús y sus palabras permanezcan en nosotros nuestras oraciones jamás serán rechazadas, como nunca lo fueron las oraciones de Jesús. “Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes...”, Juan 11:41-42 (NTV). ¿Cuál era el secreto para que las oraciones de Jesús recibieran siempre contestación? Su cercanía con el Padre. Jesús vivía para hacer la voluntad del Padre y buscaba siempre la gloria del Padre. Si pudiéramos hacer la voluntad de Dios y buscáramos solo su gloria nuestras oraciones tendrían total éxito.  

La condición esencial de la oración que funciona es tener con Jesús la relación que Él tenía con el Padre: “Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran… y se les concederá, Juan 15:7 (NBLH, NVI). Jesús también dijo: “Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece unido a mí… produce mucho fruto… El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:5-6 (BDA2010). Como el sarmiento en una vid puede ser improductivo, también nosotros podemos ser improductivos cuando:
1)     No escuchamos a Jesucristo. Jesús dijo: “Procuran matarme porque… mi palabra no halla cabida en ustedes, Juan 8:37 (NVI, RVC). Los que se niegan a seguir a Jesús son sarmientos estériles y secos.

2)     Confesamos a Cristo, pero de labios para fuera. Creyentes inútiles, muchas hojas, pero nada de frutos; ¡creyentes, pero no practicantes!

3)     Aceptamos a Cristo y luego lo abandonamos. Cristianos apóstatas que se arrepienten de haber seguido a Cristo convirtiéndose en traidores del Maestro al que se habían comprometido a servir: “… Oyen el mensaje y lo reciben con alegría; pero… creen por un tiempo y luego se apartan… abandonan (NBJ)…vuelven atrás, Lucas 8:13 (NTV, MN). “El Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de Cristo…, 1ª Timoteo 4:1 (NT-BAD). ¿Y qué sucede con los apóstatas? La inutilidad invita al desastre. El sarmiento improductivo acaba en el fuego: El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:6 (BDA2010). ¡Fruto o fuego! Llevamos frutos o nos arrojan al fuego; no hay demasiadas opciones. ¿Alguien sabe cuánto tiempo tolerará Dios una vida sin frutos? ¿Tú qué crees? ¿Estamos para ser podamos o para ser cortados? Si Jesús dijo que el Padre es un labrador con una podadora en sus manos dispuesto a cortar a quienes no dan frutos, más vale que empecemos a creerlo.

Bendiciones de permanecer en Cristo:

1)     Nos hace felices. “… Los que permanecen en mí… desbordarán de gozo…”, Juan 15:5-11 (NTV). Ahora bien, el gozo que se promete es “profundo, glorioso e indescriptible”, 1ª Pedro 1:8 (NT BAD). ¿Sientes esa clase de gozo? Si tu respuesta es negativa; entonces, no estás unido a Cristo como crees estarlo. Son muchas las personas buscando felicidad en cosas erradas o lugares equivocados. No se han dado cuenta que no son las cosas las que producen gozo profundo, glorioso e indescriptible sino solo la amistad con Dios y el servicio que le brindamos. ¿No te gustaría disfrutar de perfecta alegría, plenitud de gozo, llenura y comunión con el Espíritu Santo? Ya sabes el camino, ¡únete a Cristo y lo obtendrás!

2)     Nos asegura una vida fructífera. “Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada”, Juan 15:5 (NTV). El Señor promete una vida fructífera a cualquiera, ¡a cualquiera que viva unido a Él! Es imposible dar frutos para Dios si no estamos conectados a Cristo; ¡la vid tiene todo, las ramas no tienen nada! El apóstol Pablo dijo: “Sean unidos… a Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios, Romanos 7:4 (NBLH). Es hora de que aprendamos que separados de Jesús no podemos hacer nada; pero “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”, Filipenses 4:13.

3)     Lleva gloria a Dios. Una persona bendecida hace que la gente quiera al Dios que lo bendice. “Quiero que entiendan lo que realmente importa… que estén siempre llenos del fruto de la salvación… porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios, Filipenses 1:10-11 (NTV). Al igual que Pablo, Jesús dijo que llevar una vida fructífera honra al Padre: “… Los que permanecen en mí… producirán mucho fruto… Cuando producen mucho fruto… le da mucha gloria a mi Padre…”, Juan 15:5-8 (NTV). “Mucho fruto… mucha gloria”. Se nos ha hecho creer que fruto es sinónimo de éxito, prosperidad, progreso y mucha actividad. En realidad, llevar frutos tiene que ver más con el desarrollo de una vida parecida a la de Cristo que con una vida repleta de actividades y logros humanos. Para llevar frutos hay que estar unidos a Cristo, y para eso, hay que pasar mucho tiempo con Él. Como siempre, el secreto está en el lugar secreto. ¡La mayor gloria de un cristiano es dar gloria a Dios con una vida repleta de frutos!