La fortaleza espiritual: ¡cautiva los pensamientos anti- Dios! - 7/9/2025 - #1368
Episode 393, Sep 07, 11:07 PM
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Pastor José Luis Cinalli
7/9/2025
La fortaleza espiritual: ¡cautiva los pensamientos anti- Dios!
7/9/2025
La fortaleza espiritual: ¡cautiva los pensamientos anti- Dios!
“Las armas con las que luchamos… tienen el poder de Dios para destruir… las fortalezas del diablo”, 2ª Corintios 10:4 (PDT, TLB).
Estamos en guerra, Satanás es nuestro enemigo y la mente es el campo de batalla. El diablo construye fortalezas en la mente y sus armas de batalla son la mentira, el engaño y la falsedad. El creyente, en cambio, se defiende con las armas proporcionadas por el Espíritu: la verdad, la justicia, la evangelización, la fe, la Palabra de Dios y la oración, Efesios 6:14-20. “… Tanto para atacar como para defendernos, empuñamos las armas que nos proporciona… Dios… Armas… divinamente poderosas para la destrucción de fortalezas”, 2ª Corintios 6:7 (NT AF) y 10:4 (LBLA, Lockman). Israel conquistó Jericó con las divinamente poderosas armas de la fe y la obediencia. Dios les ordenó dar trece vueltas alrededor de la ciudad, ellos lo hicieron y las murallas cayeron, Josué 6. David derrotó a Goliat con la divinamente poderosa arma de la confianza en Dios, 1ª Samuel 17:45. Ahora bien, una fortaleza es una construcción levantada sobre una colina, rodeada de muros y diseñada para resistir ataques o proteger a las personas que allí viven. David se protegió de Saúl “en las fortalezas del desierto…”, 1º Samuel 23:14 (Kadosh). Una fortaleza puede ser un lugar donde nos protegemos del enemigo: “El SEÑOR es mi… fortaleza… en quien encuentro protección… mi lugar seguro” (Salmo 18:2, NTV) o, un lugar donde protegemos al enemigo. Cuando simpatizamos con los malos pensamientos la mente se convierte en una fortaleza donde el enemigo se esconde y nos ataca. Esas formas de pensar viejas, antiguas, mundanas y no regeneradas por el Espíritu son las que el diablo utiliza para someternos. Su influencia moldea nuestros pensamientos y éstos moldean nuestra vida. El enemigo trabaja sigilosa y pacientemente; está dispuesto a invertir todo el tiempo que haga falta para derrotarnos.
El plan de Dios es “reproducir la imagen de su Hijo…” (Romanos 8:29, BDA2010) en nosotros y solo es posible si nos rendimos a Él: “Entréguense completamente a Dios… usen todo su cuerpo… para la gloria de Dios”, Romanos 6:13 (NTV). Ahora bien, aquellas áreas de nuestra vida que no cedemos a Dios son tomadas por el enemigo y, nada es peor que una mente influenciada por Satanás. ¡La mente es líder de nuestros actos! “Ten mucho cuidado con lo que piensas… Tus pensamientos controlan tu vida”, Proverbios 4:23 (ICB, PDT). La gente protege lo que considera valioso, pero casi nadie cuida los pensamientos. No hay guardias custodiando las estatuas de la plaza, pero sí hay agentes armados y extremas medidas de seguridad en los bancos. Para Dios, nada tiene tanto valor como la mente porque somos lo que pensamos. “Tal como un hombre piensa… así es él”, Proverbios 23:7 (NRV1990). De ahí el mandato de cuidar nuestra mente como se cuida el banco más rico del mundo. Vez pasada la alarma de un vehículo se activó cuando una paloma se posó sobre él. De debajo del capó se dejó oír una voz que decía: “¡por favor, aléjese del auto!”. Existen dispositivos para la protección de casi todas las cosas materiales que tenemos, pero ¿qué hay de los asuntos espirituales? Cuando se trata del hombre interior la pérdida podría ser fatal. Si protegemos eficazmente el auto o la casa de un robo, nuestras propiedades de los daños, nuestros intereses financieros del fracaso, el cuerpo de enfermedades e incluso las fronteras de nuestro país de ataques terroristas, pero fallamos en proteger nuestra mente, ese único fracaso nos llevará a la ruina personal y eterna. Por eso Pablo dijo “llevando (tiempo presente, continuamente, haciendo de esto una práctica) cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo”, 2ª Corintios 10:5.
¡Cuánto más cerca de Dios vivamos, más tentados seremos! Ser tentado no es prueba de nuestro deterioro espiritual, todo lo contrario; cuanto más conozcamos a Dios, más conoceremos también la tentación del diablo. Y no existe un blanco de tentación más fuerte que la mente. La primera insinuación del mal entra por la puerta de los pensamientos. Jesús dijo: “… Del corazón de la persona, salen los malos pensamientos”, Marcos 7:21 (NTV). Y luego mencionó algunos de los pecados que comienzan con los malos pensamientos: “Adulterios, fornicaciones, homicidios, hurtos, avaricias, engaño, envidia…”, Marcos 7:21-22. Pablo dijo: “… Todos nosotros en otro tiempo vivíamos… satisfaciendo los deseos… de la mente (de los pensamientos) …”, Efesios 2:3 (NBLH). Cuando un mal pensamiento llame a las puertas de nuestra mente, seamos sabios: ¡mantengámosla cerrada! Alguien dijo: “no podemos evitar que los pájaros den vuelta sobre nuestra cabeza, pero sí que hagan nido”. Las puertas de nuestra mente son principalmente nuestros ojos y oídos; ¡lo que vemos, leemos o escuchamos determina en gran medida lo que pensamos! Cuidar nuestra mente comienza por cuidar nuestros ojos y oídos. No permitamos que aquello que incita a la lujuria, la codicia, la envidia y la ambición egoísta entre en nuestra mente. Evitemos los programas, las películas, los videos y las publicaciones o conversaciones que despierten tales pensamientos. Lo que lees moldeará tus valores. Poco a poco adoptarás la mentalidad del autor del libro que estás leyendo o del influencer que estás siguiendo. Descubrirás que te gustan las mismas cosas que a él. Su influencia condicionará tu vida. ¿Y qué hay de la música que escuchas? Si te entregas a la música obscena de hoy en día, esa que toca las emociones más bajas, aunque no lo admitas, pronto modelará tu carácter. Si voluntaria y deliberadamente te permites complacer malos pensamientos o fantasías perversas, tu vida interior se marchitará y morirá. Si bebes veneno, pronto te sacarán en una caja. En vez de ello, ¡cultiva una mente influenciada por la Palabra de Dios y serás enormemente bendecido! “Tú les das paz a los que se mantienen pensando en ti…”, Isaías 26:3 (PDT).
La forma en que una persona se comporta es la consecuencia de cómo piensa. “Tal como un hombre piensa… así es él”, Proverbios 23:7 (NRV1990). Los líderes de las grandes doctrinas lo saben muy bien, por eso trabajan primero en la mente del pueblo. El trabajo del marxismo consistió en cambiarle a los niños su manera de pensar diciéndoles que Dios no existía. Si quieres a un ejército vencido; entonces, conquista a su líder. De ahí que se ofreció millones por el líder de Al Qaeda. Satanás intentará conquistar nuestra mente porque si lo hace el resto de nuestra vida estará en sus manos. Por eso Pablo dijo: “Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo”, Filipenses 2:5 (TLA). Si queremos mantener nuestra mente pura debemos vigilar cada vía por la que el enemigo pueda acceder: A) Los ojos: “Hice un acuerdo con mis ojos de no mirar con deseo a una chica”, Job 31:1 (ICB). B) La lengua: “… Eviten… que su lengua hable mal; eviten que sus labios profieran mentiras”, Salmo 34:13 (RVC). C) Los pies: “Aparto mis pies del mal camino para así respetar tu palabra”, Salmo 119:101 (BLPH). D) Los oídos: “Cesa… de prestar oído a enseñanzas que te hacen divagar de la sabiduría”, Proverbios 19:27 (RV1995). Aléjate de los malos pensamientos, no le des hospedaje. “¿Hasta cuándo darás vueltas en tu cabeza a pensamientos perversos?”, Jeremías 4:14 (DHH). “¿Por qué están entreteniendo pensamientos malvados…?”, Mateo 9:4 (Kadosh). Debemos vigilar cada puerta por donde el enemigo pueda entrar. Y escribir sobre cada portal: “aquí no entrará nada que pueda contaminarme”.
¿Cómo derribar las fortalezas espirituales? ¡Deshaciéndonos del pecado y de las estructuras de pensamientos anti-Dios! Nuestra rebeldía contra Dios le dará al diablo un lugar en nuestra vida. ¿Recuerdas qué pasó cuando Jesús envió a los discípulos a evangelizar? “… Predicaban que todos se arrepintieran. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban”, Marcos 6:12-13 (LBLA). El arrepentimiento precede a la liberación y, con la liberación, generalmente llega la sanidad. Muchas fortalezas se rompieron el día en que nos entregamos a Cristo. Sin embargo, algunas áreas han vuelto a nuestro control y hoy son las puertas por donde el enemigo accede para esconderse y luego atacarnos. Sin arrepentimiento la liberación es casi imposible pues, aunque podamos expulsar los demonios, la simpatía con el pecado les dará nuevamente la bienvenida. La victoria se logra cuando nos rendimos completamente a Dios. Cuidado entonces con minimizar las áreas oscuras o contemporizar con el pecado y la rebeldía. Las energías que gastamos para mantener en secreto nuestros pecados constituyen el material con los que se construye una fortaleza. Permitamos que la luz del Espíritu revele aquellas fortalezas que necesitan ser destruidas y toda estructura de pensamiento que necesita ser cambiada. Derribemos esas fortalezas del mal con las sobrenaturales armas proporcionadas por Dios, despreciadas por el mundo, pero temidas por el infierno. Que nuestra única fortaleza sea Dios y que nuestros pensamientos sean solo los de Jesús. “… Piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso”, Filipenses 4:8 (PDT). Vigilemos cuidadosamente lo que pensamos, ¡nuestro futuro depende de eso!