Judas: un apóstol endemoniado - 28/9/2025 - #1371
Episode 396, Sep 28, 09:56 PM
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Pastor José Luis Cinalli
28/9/2025
Judas: un apóstol endemoniado
28/9/2025
Judas: un apóstol endemoniado
“Jesús dijo… Judas… es diablo”, Juan 6:70-71 (NTV, VM).
¡Estamos en guerra y todo el mundo está implicado, ya sea por Dios contra Satanás o por Satanás contra Dios! ¿Y qué es lo que está en juego? Nuestro destino eterno, Efesios 6:12. No luchamos por trivialidades sino por lo celestial, ¡por el cielo mismo! Por lo tanto, tomar la cruz a diario, orar siempre, velar día y noche y hacer que todo pensamiento anti-Dios sea esclavo de Jesucristo debe ser nuestro supremo llamamiento. Cuando simpatizamos con los malos pensamientos, la mente se convierte en una fortaleza; ¡una casa hecha de pensamientos no crucificados donde el diablo se protege y desde donde nos ataca sin piedad! Por eso Pablo nos aconseja capturar “los pensamientos rebeldes… para que se sometan a Cristo”, 2ª Corintios 10:5 (NTV y NVI). El ejemplo bíblico más claro de cómo un pensamiento blasfemo puede arruinar una vida es Judas. “… El diablo… había puesto en la mente de Judas… que traicionara a Jesús”, Juan 13:2 (PDT). La guerra espiritual no es una lucha de igual a igual, porque el poder de Satanás le fue delegado por Dios, quien es mucho más poderoso. La verdadera guerra espiritual es una lucha por la verdad: la verdad de Dios contra las mentiras del diablo. ¡Cimentar nuestra vida en la “Palabra de verdad” (2ª Timoteo 2:15) resulta decisivo para nuestra supervivencia espiritual!
Refiriéndose a Judas, Jesús dijo: “Es diablo”, Juan 6:70 (VM). Pero no siempre fue diablo. Judas nació hombre, era “hijo de Simón Iscariote”, Juan 6:71 (DHH). Fue llamado por Jesús para ser su discípulo (Mateo 10:1-4) y enviado a predicar el evangelio, Marcos 3:14. Judas era amigo (Mateo 26:50) y apóstol legítimo de Jesucristo. Pedro dijo: “Judas era uno de nosotros, tan escogido para ser apóstol como lo somos nosotros”, Hechos 1:17 (NT-BAD). Los que creen que es imposible caer de la gracia afirman que Judas no era un verdadero discípulo y citan a Juan: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros”, 1ª Juan 2:19 (RV60). Sin embargo, la Biblia dice que Judas “era apóstol”, (Hechos 1:17, NT-BAD) “uno de los doce discípulos”, Lucas 22:47 (NT-BAD). Además, era “el encargado de cuidar el dinero de Jesús y de los discípulos…” (Juan 12:8, TLA) y, al igual que el resto, recibió autoridad y poder para “sanar… enfermos, resucitar… muertos, curar a los leprosos y expulsar a los demonios”, Mateo 10:8 (NTV). Si en verdad Judas era diablo, ¿cómo podía echar fuera a los demonios? Jesús dijo: “Si Satanás echa fuera a Satanás, pelea consigo mismo y acabará destruyendo su propio reino…”, Mateo 12:26 (NT-BAD). Por todo lo dicho, Judas no era diablo cuando Jesús lo escogió, llegó a serlo mucho después.
Lo llamativo es que Judas, el apóstol, se convirtió en diablo traidor y nadie se dio cuenta (excepto Jesús, Juan 13:21-26) porque “Satanás se disfraza de ángel de luz”, 2ª Corintios 11:14 (NTV). Era difícil para los discípulos saber quién era Judas porque el mismo Jesús dijo de él: “Amigo mío”, Mateo 26:50 (NTV) y Salmo 41:9. Entonces, Judas no era diablo cuando Jesús lo llamó, no era traidor, sino que “llegó a ser traidor” (Lucas 6:16); no era ladrón, tampoco “hijo de perdición”, Juan 17:12. Más bien llegó a serlo cuando dejó que Satanás entrara en él, Juan 13:27. Judas era un apóstol legítimo cuando Jesús lo llamó (Mateo 10:4), pero un día decidió cambiar su lealtad. Ahora, “Judas estaba con ellos” (Juan 18:5, NTV) refiriéndose a los oficiales del sumo sacerdote y a los fariseos, oponiéndose a Jesús. El apóstol Judas llegó a ser diablo y, con el diablo adentro, fue y se ahorcó. Sin embargo, Jesús lo hizo responsable por su traición. Cuando anunció que uno de los doce lo iba a traicionar “Judas… le preguntó: — ¿Soy yo, Maestro? —Sí. Tú lo has dicho”, Mateo 26:25 (NT-BAD). Judas cayó en la apostasía, despreció el llamado apostólico y traicionó a Jesús. Pedro dijo: “Cayó Judas por transgresión…”, Hechos 1:25. ¿De dónde cayó? Es imposible caer de la gracia si nunca estuvo en la gracia, Gálatas 5:4. Judas dejó voluntariamente su ministerio apostólico para convertirse en “guía de los que prendieron a Jesús” (Hechos 1:16) y terminó quitándose la vida “para irse a su propio lugar”, Hechos 1:25. ¿A qué lugar se refiere? Al infierno, un lugar de perdición permanente; la morada definitiva que Judas adquirió por abandonar voluntariamente el bendito lugar del apostolado. Jesús dijo: “Al que me traiciona va a pasarle algo muy terrible. ¡Más le valdría no haber nacido!”, Mateo 26:24 (TLA). El infierno existe y ciertamente ya hay un hombre en ese lugar, y ¡siempre estará allí! Si hay uno, por la misma razón puede haber otros. Este hecho elimina los argumentos a favor de la doctrina de que todos los hombres serán salvos.
Judas es una figura de profundas lecciones morales y espirituales. He aquí algunas de ellas:
Judas es una figura de profundas lecciones morales y espirituales. He aquí algunas de ellas:
1) El pecado promete felicidad, pero paga con amargura. Judas fue apóstol, se sentó a los pies del Unigénito Hijo de Dios, vivió en una atmósfera de milagros durante tres años; fue investido con poder para sanar enfermos, echar fuera a los demonios y predicar el evangelio. Sin embargo, Judas “desertó (Castillian)… abandonó el ministerio apostólico”, Hechos 1:25 (LBN). Judas era apóstol de Jesucristo, pero un día despreció su llamado y llegó a ser “Hijo de perdición”, Juan 17:12. ¿Qué ganan aquellos que siguen el mal ejemplo de Judas y reniegan de Dios y de su obra?
2) No hay nada inofensivo e inocente en proteger los malos pensamientos. “El diablo había sugerido a Judas… que lo entregara” (Juan 13:2, BNP); Judas aceptó el consejo y traicionó a Jesús. ¡La blasfemia no es solo negar a Dios con la boca sino también con la mente! Cuando uno hace, habla o piensa cualquier cosa contra la naturaleza y las obras de Dios con el intento de reprocharle algo, eso es blasfemia. Si no expulsamos rápidamente todos los pensamientos anti-Dios, ellos contaminarán nuestra vida y, al igual que Judas, nos llevarán a la eterna perdición.
3) Las áreas oscuras de nuestra vida son las puertas por donde acceden las fuerzas del mal. Judas tenía muchas áreas oscuras. 1) Era ladrón, Juan 12:6. 2) Era hipócrita. ¿Recuerdas en qué momento Jesús le dijo a Judas que “era diablo”, Juan 6:70? Cuando muchos discípulos lo abandonaron, Juan 6:66. Aun así, siendo diablo, Judas fingió ser un fiel servidor y siguió a su lado. Cuando María derramó su precioso perfume a los pies de Jesús, Judas fingió preocupación por los pobres delante de los demás, Juan 12:4-5. Sin embargo, el acto más emblemático de su hipocresía fue el beso de la traición: “¿Con un beso entregas al Hijo del hombre?”, Lucas 22:48. 3) Era avaro. Algunos dicen que Judas se desilusionó con Jesús porque no era el Mesías político y militar que los libraría del yugo romano y establecería un reino donde todos comerían gratis. Sin embargo, existe otra razón: Judas estaba consumido por la avaricia. A los sacerdotes les dijo: “¿Cuánto me pagarán por traicionar a Jesús?”, Mateo 26:15 (NTV). Estas fallas de carácter fueron boquetes espirituales por donde Satanás tomó control de su vida, paso a paso. Pequeñas concesiones suelen ser la antesala de grandes transgresiones. Empezó robando de la tesorería, luego dio lugar al blasfemo pensamiento de traicionar a Jesús y, finalmente “Satanás entró él”, Juan 13:27. Judas escogió su “propio lugar” (Hechos 1:25) en el infierno porque quiso. Siempre tuvo la opción de rechazar las sugerencias del diablo. Observa ahora lo que sucedió después de que Satanás entró en él: “… Salió… y se perdió en la noche”, Juan 13:30 (NT-BAD). ¡Cuántos creyentes han salido de la presencia del Señor para destruirse a sí mismos en las penumbras de la oscuridad moral! No tomemos a la ligera los puntos flacos de nuestro carácter. No nos demos ‘licencias’ o ‘permisos’ para hacer lo malo. No toleremos, apañemos o protejamos el pecado. Recuerda que “la paga del pecado es muerte”, Romanos 6:23. Pero si mantenemos la puerta del pecado cerrada, el diablo no podrá hacernos daño. “El que… no está en pecado: Jesucristo… lo protege, y el maligno no llega a tocarlo”, 1ª Juan 5:18 (NVI).
4) Las buenas oportunidades tienen un límite. Jesús le brindó a Judas muchas oportunidades. Le ofreció su amistad, le dio poder para sanar y echar fuera los demonios, le lavó los pies, mojó pan y se lo dio en la boca en señal de compañía y respeto y; por último, en el Getsemaní, cuando Judas lo entregaba, lo trató como amigo. Nunca lo desenmascaró públicamente por ser ladrón, ni siquiera con sus discípulos. ¿Cómo es posible que una persona tan privilegiada pudiera permanecer tan apática al amor de Jesús? ¿No corremos el mismo peligro? Acaso, ¿el Señor nos ama menos que a Judas? ¿No nos ofrece como a él la posibilidad de superar nuestras debilidades con su ayuda? ¿No tenemos nosotros las mismas oportunidades para ser discípulos de Jesús? La vida de Judas nos recuerda que el tiempo de la gracia tiene un fin y que Dios está siempre buscando personas que sean sus instrumentos de paz y bendición en este mundo; aunque también las fuerzas del mal están haciendo lo mismo. Aquí radica la responsabilidad humana. Cada uno toma su decisión: o servimos a Dios de buena gana o serviremos a los propósitos del diablo para nuestro propio mal. Tú, ¿qué eliges?