Amistades tóxicas: la clave del fracaso - 12/10/2025 - #1373

Episode 398,   Oct 12, 08:39 PM

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Pastor José Luis Cinalli
12/10/2025
Amistades tóxicas: la clave del fracaso

“Cuando el rey de Moab vio que estaba perdiendo la batalla… tomó a su hijo mayor… y lo sacrificó como una ofrenda… a su dios (TLA)... En consecuencia, hubo un gran enojo contra Israel y los israelitas se retiraron y regresaron a su tierra”, 2º Reyes 3:26-27 (NTV).

La nación de Moab servía a Israel pagándole un impuesto anual, pero un día dejó de hacerlo. Entonces, Israel, Judá y Edom se aliaron militarmente para recuperar la soberanía perdida. Estaban a punto de lograr la victoria, cuando en su desesperación, el rey de Moab sacrificó a su hijo al dios Quemos y logró que la batalla se inclinara a su favor. Quemos era un ídolo, pero la adoración iba dirigida al dios que estaba detrás de ese ídolo, es decir, al diablo. Pablo dijo que “esos sacrificios se ofrecen a los demonios…”, 1ª Corintios 10:20 (PDT). Es un gran error creer que detrás de los ídolos no hay nada: “Porque… los dioses de las naciones son ídolos… son demonios…”, Salmo 96:5 (VM, ORO). Por supuesto que las personas que adoran ídolos no tienen la intención manifiesta de adorar al diablo, pero eso es lo que hacen sin saberlo. Más allá del recurso espiritual utilizado por el rey de Moab, una de las razones por la que los israelitas perdieron la guerra fue la alianza entre reyes que no tenían los mismos principios espirituales. Joram, el rey de Israel, “hizo lo malo ante los ojos del Señor…”, 2º Reyes 3:2. Josafat, el rey de Judá, en cambio, “hizo lo que era agradable a los ojos del Señor”, 2º Crónicas 20:32 (NTV). La coalición no contaba con la aprobación de Dios y lo sabemos por lo que le dijo Eliseo a Joram: “… Si no fuera por el respeto que siento por Josafat, no te prestaría atención… ni siquiera levantaría la vista para mirarte”, 2º Reyes 3:14 (TLA). Con cuánta frecuencia hacemos alianzas sin orar y luego recurrimos a Dios porque nos sentimos decepcionados. Josafat se asoció con un rey idólatra. Y no era la primera vez que procedía de ese modo. En el pasado lo había hecho con Acab y fue reconvenido por el profeta Jehú: “¿Por qué ayudas al perverso y haces amistad con los enemigos del Señor? Debido a eso el Señor está enojado contigo’”, 2º Crónicas 19:2 (PDT). Como si fuera poco “Josafat… hizo una alianza con el rey Ocozías… un hombre muy perverso… Luego Eliezer… profetizó contra Josafat y le dijo: “Por haberte aliado con… Ocozías, el Señor destruirá tu labor…”, 2º Crónicas 20:35-37 (NTV). Josafat empezó bien, pero sus desafortunadas alianzas con gente impía ocasionaron grandes perjuicios: la nación regresó a la idolatría y su hijo Joram mató a sus propios hermanos para perpetuarse en el poder, incluso tomó por esposa a la hija de Acab, 2º Crónicas 21:4-6.

Las personas con las que nos asociamos reflejan nuestra relación con Dios. “¿Quién puede entrar a tu presencia...?”, Salmo 15:1(NTV). “¿Quién permanecerá en su lugar santo?”, Salmo 24:3 (RVA). David responde: “Los que desprecian a los pecadores descarados y honran a quienes siguen fielmente al Señor”, Salmo 15:4 (NTV). David no se asociaba con cualquier persona, no tenía comunión con aquellos que deshonraban a Dios: “Detesto la conducta de los descarriados y no los cuento entre mis amigos, Salmo 101:3 (LPD); Salmo 139:21-22. Soy amigo de todos los que te honran, de todos los que obedecen tus preceptos”, Salmo 119:63 (RVC). La Biblia es muy clara: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos…”, 2ª Corintios 6:14 (NTV). Jesús dijo que debíamos amar a nuestros enemigos, pero eso no significa que nos asociemos íntimamente con ellos para demostrarles nuestro amor; sí debemos predicarles a Cristo y llevarlos al conocimiento de Dios, Mateo 5:44. ¡Somos profundamente afectados por la sabiduría o la estupidez de las personas con las que pasamos tiempo!

Volvamos a la historia. Los reyes emprenden el camino a la batalla, pero de pronto se encuentran sin agua. Joram dijo: “El Señor nos ha traído… para entregarnos en manos de los moabitas”, 2º Reyes 3:10 (DHH). “La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el SEÑOR”, Proverbios 19:3 (NTV). Josafat, en cambio, pretendía incluir a Dios en el asunto. ¡Qué posibilidad tiene una sociedad, si las partes no están de acuerdo en lo esencial! Finalmente, convocaron al profeta Eliseo quién les dijo: “Caven pozos por todo el valle… y… se llenarán de agua…”, 2º Reyes 3:16-17 (PDT). Dios les promete agua si ellos cavan pozos. Eso exigía fe; la misma fe que se le pedía a la viuda cuando el profeta la envió a buscar vasijas vacías, 2º Reyes 4:3. La provisión divina estuvo limitada por la fe de la mujer; si hubiera reunido más vasijas su bendición hubiera sido más grande. Isaías dijo: Ensancha el espacio de tu tienda… agranda tu casa… Extiende tu hogar y no repares en gastos, pues pronto estarás llena a rebosar (NTV)… extiende cuanto puedas tus cuerdas (TA)… no seas escasa (RV60) … ¡No te pongas límites! porque a derecha y a izquierda te extenderás…”, Isaías 54:2-4 (BAD). “No seas escaso… no te pongas límite”. Somos los únicos que podríamos estorbar el crecimiento y progreso que Dios ha destinado para nosotros. ¡Los límites autoimpuestos interrumpen las bendiciones de Dios!

El ejército cavó pozos y Dios envió agua, pero observa en qué momento: “… A la hora que se ofrecía el sacrificio matutino... hubo agua por todos lados”, 2º Reyes 3:20 (NTV). El milagro sucedió mientras se ofrecía adoración a Dios en el crepúsculo de la mañana. ¿Casualidad? Los grandes personajes bíblicos escogieron cuidadosamente el momento del día para orar. Job se encontraba con Dios para bendecir a su familia “temprano por la mañana”, Job 1:5 (NTV). David dijo: “Me levanto temprano, antes de que salga el sol; y clamo…”, Salmo 119:147 (NTV). Abraham (Génesis 22:3-5), Moisés (Éxodo 33:7-9) y David (Salmo 63:1) entre otros, madrugaron para encontrarse con Dios. Y qué decir de Jesús: De madrugada… Jesús se levantó… fue a un lugar solitario… y se puso a orar, Marcos 1:35 (BL 95). El compromiso de Jesús con el lugar secreto fue profetizado por David: “… En el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora… cuando salga el sol, se renovarán tus fuerzas (TLA)… de las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud (NVI)… tu juventud es para ti como el rocío”, Salmo 110:3 (LBLA). La expresión “cuando salga el sol, se renovarán tus fuerzas” hace referencia a la hora predilecta del Señor para encontrarse con el Padre. Mientras que “de las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud” alude al poder, la inspiración y la autoridad de su vida y ministerio. Existe una unción especial en la oración del crepúsculo. Dios le dio a Moisés la más grande revelación: ¡en el crepúsculo!, Éxodo 34:1-4. Abraham “se levantó muy de mañana” para ofrecer adoración a Dios, Génesis 22:3. ¡Existen ungidas revelaciones y manifestaciones poderosas del Señor en la oración de la mañana!

El principio del fin para Israel llegó cuando Moab incluyó a su dios en la guerra. Su rey se aprovechó de un recurso espiritual para inclinar la batalla a su favor. ¿No podría Israel haber incluido a Dios en la batalla? ¡Claro que sí! ¿Y por qué no lo hizo? Por el desacuerdo espiritual entre los reyes. Eran hábiles estrategas militares, pero inexpertos en intervenciones espirituales. Pelearon una batalla espiritual con armas humanas. Pablo nunca perdió una batalla porque sabía cómo pelearla: “Nunca me valgo de planes ni métodos humanos para ganar mis batallas. Para destruir las fortalezas del mal, no empleo armas humanas, sino las invencibles armas del todopoderoso Dios…, 2ª Corintios 10:3-4 (NT BAD). Josafat pretende incluir a Dios, pero Joram no. Sin acuerdo no hay bendición. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová…”, Zacarías 4:6. El rey de Moab recurrió a las fuerzas del mal para pelear la batalla. Semejante fortaleza espiritual debía ser enfrentada con el poder de Dios, no con armas humanas. Observa lo que sucedió cuando el rey de Moab sacrificó a su hijo: “… Hubo un gran enojo contra Israel y los israelitas se retiraron y regresaron a su tierra”, 2º Reyes 3:27 (NTV). Hubo un gran enojo. ¿De quién? ¿De Dios? Imposible porque fue Él quien les prometió la victoria, 2º Reyes 3:18. ¿De los habitantes de Moab? De ninguna manera si ya casi habían perdido la guerra. El enojo era del dios detrás del ídolo. “El diablo está muy enojado… ¡sabe… que le queda poco tiempo!”, Apocalipsis 12:12 (TLA). Los israelitas volvieron con las manos vacías porque se sintieron intimidados. Por supuesto, peleaban sin cobertura espiritual. Debemos apropiarnos del poder de Dios para nuestras luchas espirituales; de lo contrario, estaremos destinados al fracaso. “Revístanse de las armas que les ofrece Dios para que puedan resistir a las asechanzas del diablo”, Efesios 6:11 (BDA2010). “Para resistir los ataques del enemigo… y apagar las flechas encendidas que arroja el diablo” (Efesios 6:13-16, TLA) debemos vestirnos con el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el casco de la salvación y la espada del Espíritu, Efesios 6. Sin embargo, existe algo más: “Revístanse con el Señor Jesucristo…, Romanos 13:14 (PDT). Jesucristo es nuestra mejor armadura. Hasta que no estemos ‘vestidos’ de Cristo estaremos desarmados. No es el hombre revestido de moralidad ni de virtudes filosóficas el que repele la carga de tentación disparada por el cañón de Satanás, sino el que tiene puesta la armadura; esto es, el que está en Cristo. El cristiano desarmado, al igual que Josafat en su alianza con Joram, está totalmente incapacitado para la lucha contra el pecado y Satanás, pero el cristiano revestido de Cristo es imposible de vencer.