Vive de tal manera que tus hijos deseen a Dios - 09/11/25 - #1377

Episode 402,   Nov 09, 09:57 PM

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Pastora Silvia Cinalli
 09/11/25

VIVE DE TAL MANERA QUE TUS HIJOS DESEEN A DIOS

“Vivan una vida llena de amor… ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto, ¡vivan como gente de luz!... Esa luz que está dentro de ustedes produce solo cosas buenas, rectas y verdaderas… Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios… No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan”, Efesios 5:2-17 (NTV).


¿Qué esperamos para vivir conforme a los deseos de Dios? Aspectos espirituales básicos con los que siempre insistimos son los que ahora están en boca de los profesionales. No es solo saber, es entender y esforzarse por hacer. 

¿Cuál es la idea de crear un ambiente de aposento? ¿Qué significa honra que se exprese para que Dios habite? 

Los padres pueden ayudar a los niños a sobrellevar el estrés, antes de que se vuelva tóxico. No podemos evitar que experimenten crisis, pero sí podemos darles herramientas para enfrentarlas saliendo más fuertes y resilientes. Maneras para llevar a cabo estas acciones:

1) Planificando momentos de conexión, reflexión, paz y charla; ya sea relatando historias o leyendo un libro juntos. Nosotros hicimos eso con nuestro hijo. A veces, los días pasan volando y las rutinas cambian, pero el momento en que nos vamos a dormir puede transformarse en una estrategia espiritual para bendecir y crear recuerdos compartidos. Ahora contamos con el devocional para niños, con los mismos principios espirituales que Dios viene hablando a toda la iglesia. El leer con ellos iluminará a toda la familia. No subestimes los tiempos de aprendizaje mientras enseñas.

 2) Participando de rutinas como el altar familiar. Si todos tuvieran cinco minutos para expresarse y luego orar bendiciendo a cada integrante de manera personal, esos espacios de tiempo se transformarían en fuentes de vida, de esperanza, de fe frente a las burlas, las críticas de gente con mente y corazón pequeño u oscuro. Sería un banco en el que depositaríamos tesoros eternos.

 3) Practicando tradiciones comunitarias, como congregarse y asistir a los eventos de la iglesia. Algunos padres son tan despistados (o usados por el diablo) que lo primero que le sacan al hijo cuando quieren castigarlo es algún evento de la iglesia. Otros, pensando que lo aman, lo dejan en casa para que ‘descanse’ en vez de congregarse. No erremos, no intentemos hacer las cosas como si fuéramos más sabios que Dios: “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros…”, Hebreos 10:23-25 (NTV).

4) Moderando las emociones. El tono de la voz tranquilizador y las palabras de bendición son una caricia al alma. Declarar bendiciones en todas las áreas, creyendo que provocarán el efecto sin importar el tiempo, equivale a desatar propósito y activar promesas. ¡Hagamos siembras de amor para futuras cosechas de prosperidad! Bendecir es bien decir y aunque en ocasiones tengamos que proceder como Abraham, “esperanza contra esperanza” porque no vemos ningún resultado, confiemos en los métodos bíblicos que han sido probados a través de los siglos. ¿Por qué el hogar no es un sitio seguro de refugio, descanso y renuevo? 

 ¿Qué valores deberían expresarse en los padres?

1) Sentido de responsabilidad. ¿Qué espera Dios de la maternidad o paternidad? Los hijos no nacieron para llenar tus expectativas sino para que les muestres con tu vida el amor del Padre Celestial y los conduzcas a sus brazos eternos. Dios anhela que tus hijos sean sus hijos. “…Tomaste a tus hijos e hijas —los que diste a luz para mí— y los sacrificaste a tus dioses. ¿No era suficiente con haberte prostituido? ¿También tenías que masacrar a mis hijos ofreciéndolos en sacrificio a ídolos?”, Ezequiel 16:20-21 (NTV). Parece extremo, pero muchos padres los entregan a los ídolos de este tiempo.

Escucha lo que Dios te dice: “Para eso te elegí, para que les ordenes a tus hijos y a toda tu familia que me obedezcan, y que hagan lo que es bueno y justo. Si así lo haces, yo cumpliré con todo lo que te he prometido”, Génesis 18:19 (BLS, paráfrasis).

2) Abnegación y sacrificio.  Antes, en la generación de nuestros abuelos, lo que se rompía se arreglaba. Ahora todo es descartable; pues el matrimonio no debería serlo y tampoco la relación con los hijos. No se puede ser buen cristiano y mal padre o mal esposo porque existe una relación estrecha entre la comunión con Dios; es decir, la vida espiritual y la realidad del hogar.

3) Verdadera entrega. Muchos ingresan al matrimonio con un pie afuera: “si no funciona, me voy” y poco importa lo que sufran los hijos. Tú no coquetees con la idea de que el divorcio mejorará tu situación porque no es verdad. El matrimonio debe funcionar y para eso trabaja con sabiduría y persevera a favor de la familia. Hoy día prima el individualismo extremo, el egoísmo, la revancha, los celos, el deseo de venganza, la violencia en todas sus formas; en definitiva, la falta de sabiduría para vivir con lazos que bendigan. Existe una conexión entre el temor del Señor y la sabiduría; así como entre la adoración y la fidelidad: “¿Por qué el Señor no acepta mi adoración?… Porque…fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel…”, Malaquías 2:14 (NTV). “Ella abandonó a su marido y no hace caso del pacto que hizo ante Dios, Proverbios 2:17 (NTV). ¡Dios nos llama a honrar al cónyuge y criar a los hijos en el temor del Señor!

4) Amor que se renueva en Cristo cada día.

Para los padres:Y estas palabras… diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”, Deuteronomio 6:6-7 (LBLA). “... El SEÑOR fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes... ¿Y qué es lo que él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios..., Malaquías 2:14-15 (NTV).

Para los esposos: “Los esposos deben amar a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella, Efesios 5:25 (TLA). “... Maridos, tienen que honrar a sus esposas... Trátala como es debido, para que nada estorbe tus oraciones”, 1ª Pedro 3:7 (NTV). “Y, esposos, amen a sus esposas; nunca las traten mal y mucho menos con rencor”, Colosenses 3:19 (NT-BAD).  Lo más difícil no es entender sino perseverar.

Para las esposas: “La mujer ejemplar hace de su marido un rey, pero la mala esposa lo destruye por completo”, Proverbios 12:4 (DHH). No critiques a tu esposo con tus amigas ni te burles de sus debilidades, tú también las tienes. Las mujeres suelen idealizar al hombre en la etapa del noviazgo: lo mismo hacen los hombres. Pero cuando llegan las adversidades, resulta que el otro no era todo lo que uno pensaba y comienzan las críticas. Y qué decir de aquellos hombres o mujeres que sufrieron en su infancia o en relaciones anteriores y que se toman de ese bastión para aferrarse a sus malos modos. 
Más allá de los traumas infantiles, el maltrato sufrido o las decepciones que en el pasado hayas experimentado, tú puedes forjar una autoestima saludable y un carácter apacible velando por una vida espiritual creciente; no te conformes como si lo que has aprendido fuera el todo. Una crisis puede representar la puerta al conocimiento, crecimiento y madurez o, puede ser una circunstancia que frene el desarrollo. Y aunque no podamos asegurar el futuro, podemos disminuir las probabilidades de sufrimiento al contar con la ayuda del Señor.  Cristo anhela tu madurez mostrando su propio amor a toda tu familia a través de tu propia vida. El amor que prodigues a tu cónyuge y a tus hijos se multiplicará en buenos momentos y en recuerdos sanadores, pues de eso se trata el matrimonio: ¡enamorarse muchas veces, pero siempre de la misma persona! Y la familia: ¡establecer un ambiente de respeto al Señor como si viviéramos en el cielo!