Honra a los padres: ¡el secreto de una larga vida! - 02/11/25 - #1376
Episode 401, Nov 02, 10:13 PM
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Pastor José Luis Cinalli
02/11/25
HONRA A LOS PADRES: ¡EL SECRETO DE UNA LARGA VIDA!
02/11/25
HONRA A LOS PADRES: ¡EL SECRETO DE UNA LARGA VIDA!
“Hijos, honren al Señor obedeciendo a vuestros padres… obedezcan… a sus padres como lo manda el Señor… así te irá bien en todo y tendrás una larga vida…”, Efesios 6:1-3. “Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque eso agrada al Señor”, Colosenses 3:20.
La obediencia y la honra a los padres es el único mandamiento en las Escrituras que promete una larga vida como recompensa. ¡Aquellos que honran a sus padres son muy bendecidos! Además “agrada al Señor”, Colosenses 3:20. El honor engendra honor. Dios no honrará a quienes no obedezcan su mandato de honrar a sus padres. Honrar a los padres es el camino más seguro hacia nuestro gran propósito en esta vida: ¡glorificar a Dios! Veamos algunos aspectos bíblicos acerca de la honra a los padres:
1. La rebelión contra los padres es una rebelión directa contra Dios. “Honra… respeta (PDT)… a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida…”, Éxodo 20:12 (NTV). Y Pablo dice que el que el obedece a sus padres “honra al Señor”, Efesios 6:1. Los padres son autoridad ordenada por Dios; ¡la desobediencia a los padres es desobediencia a Dios! Además, se nos dice que es lo correcto. “Hijos, obedezcan a sus padres porque… es lo correcto”, Efesios 6:1. Un padre que enseña lo correcto educa a su hijo para la obediencia que trae bendición. Y cuando un hijo se somete a los padres se somete a Dios. Y eso trae bendiciones maravillosas. Los hijos deben saberlo. Padres, díganles a sus hijos que al obedecer a los padres están obedeciendo a Dios y eso significa que serán bendecidos. Háganle saber que la falta de respeto a los padres es una deshonran directa a Dios y eso acarrea juicio severo, Mateo 15:4. Pensemos en Absalón, el hijo consentido de David, 2º Samuel 13 al 18. Fue un hijo rebelde porque su padre no lo disciplinó. Nadie le enseñó a controlarse. Absalón mató a su medio hermano Amnón porque violó a su hermana Tamar y su padre no hizo nada, no lo regañó, no lo castigó, no lo disciplinó. David fue un padre débil e ineficaz y Absalón tenía razones para ser hostil, descontrolado y enojado. Pero a pesar de las razones que tenía, Absalón debería haberse sometido a su padre y Dios terminó quitándole la vida como dijo que haría con los hijos rebeldes. “Si alguno… tiene un hijo terco y rebelde, que no obedece a su padre ni a su madre, aunque lo castiguen, hay que hacer lo siguiente… todos los que vivan en esa ciudad matarán a pedradas a ese hijo rebelde. Así no habrá maldad en Israel, pues todos tendrán miedo de hacer lo malo”, Deuteronomio 21:18-21. Enseñar a los hijos obediencia es un asunto serio; muy serio: de vida o muerte.
2. Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres porque trae bendición. “Si honras a tu padre y a tu madre, te irá bien… en todo (PDT)… y tendrás una larga vida en la tierra”, Efesios 6:3 (NTV). La palabra ‘honrar’ significa valorar a un alto precio. Los hijos deben tratar a los padres como algo muy valioso, mostrar por ellos alta consideración y respeto. “Honra a tu padre y a tu madre… para que tengas una larga vida… seas feliz… prosperes… y te vaya bien”, Deuteronomio 5:16; Éxodo 20:12; Levítico 19:3; Romanos 13:7. A los hijos obedientes se les promete calidad de vida y cantidad de vida. “Te irá bien en todo y tendrás una larga vida”, Efesios 6:3. “Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón… porque alargarán tu existencia y te darán años de vida y paz”, Proverbios 3:1-2. “… Escucha bien lo que te digo. Grábate bien mis enseñanzas, y no te apartes de ellas, pues son una fuente de vida para quienes las encuentran; son el remedio para una vida mejor… y dan salud a todo el cuerpo”, Proverbios 4:20-22. ¡Próspera y larga vida es el resultado de la obediencia a los padres! En cambio, la deshonra a los padres priva de bendiciones. Un claro ejemplo de esto fueron los hijos de Elí, Ofni y Finees, 1º Samuel 4:11. Sansón y Absalón tampoco honraron el mandamiento de obedecer a sus padres y tuvieron una vida corta. Ahora bien, esto no significa que los todos los que mueren jóvenes deshonraron a sus padres. La regla de larga vida para los obedientes tiene excepciones. Pero en general una vida disciplinada y obediente propicia la salud y la longevidad, mientras que una vida de rebeldía e imprudencia suele terminar prematuramente. ¡El pecado siempre nos roba, la obediencia siempre nos enriquece!
3. Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres porque no hacerlo les trae maldición. Jesús dijo: “Honra a tu padre y a tu madre y cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”, Mateo 15:4. “Maldito todo el que deshonre a su padre o a su madre”, Deuteronomio 27:16. “Cualquiera que maldiga a su papá o mamá debe morir. Ha insultado a su papá y a su mamá… esa persona es culpable de un delito de muerte”, Levítico 20:9. El término maldecir incluye el hablar con desprecio o menospreciar o burlarse de los padres ante los demás. Ahora bien, la obediencia que se exige no es solo externa sino también interna; una obediencia basada en el respeto, la reverencia y el honor. No una obediencia egoísta, amarga, reticente o resentida, sino una obediencia amorosa y respetuosa. La falta de respeto y obediencia a los padres se castigaba con la muerte. “El que desobedece y desprecia a sus padres, bien merece que los cuervos le saquen los ojos y que los buitres se lo coman vivo”, Proverbios 30:17. “Cualquiera que golpee a su padre o a su madre será ejecutado… Cualquiera que deshonre a su padre o a su madre será ejecutado”, Éxodo 21:15,17. El que golpeaba o maldecía a sus padres firmaba su propia sentencia de muerte. ¡Vaya, qué respeto! “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”, Éxodo 21:17; Proverbios 28:24. “El que maldice a sus padres morirá antes de tiempo… en la más espantosa oscuridad”, Proverbios 20:20. “Si alguno… tiene un hijo terco y rebelde, que no obedece a su padre ni a su madre, aunque lo castiguen, hay que hacer lo siguiente… todos los que vivan en esa ciudad matarán a pedradas a ese hijo rebelde. Así no habrá maldad en Israel, pues todos tendrán miedo de hacer lo malo”, Deuteronomio 21:18-21. Así de grave se consideraba la desobediencia de los hijos.
4. Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres porque de esa manera honran a Dios. “Hijos, honren al Señor obedeciendo a vuestros padres…”, Efesios 6:1; Proverbios 23:22. Honrar a los padres convierte a los hijos en personas agraciadas y bendecidas. “Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe. Sus enseñanzas te adornarán como una corona en la cabeza, como un collar en el cuello”, Proverbios 1:8-9. Un buen hijo es una alegría para los padres: “El hijo sabio alegra a sus padres; el hijo tonto los avergüenza”, Proverbios 15:20. “El padre del hijo bueno y sabio tiene razón para estar feliz y orgulloso; ¡haz, pues, que tu padre y tu madre se sientan felices y orgullosos!”, Proverbios 23:24-25. “Cuando alcances la sabiduría, hijo mío, no habrá nadie más feliz que yo; sentiré una profunda alegría…”, Proverbios 23:15-16.
5. Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres aceptando la disciplina. “El hijo sabio acepta la disciplina de sus padres… el rebelde no oye consejo (PDT)… el hijo malcriado no permite que le llamen la atención”, Proverbios 13:1 (NTV, TLA). “Solo un necio desprecia la disciplina de sus padres... el que es tonto no acepta que su padre lo corrija, pero el que es sabio acepta la corrección”, Proverbios 15:5. A los hijos sin disciplina la Biblia los llama “sanguijuelas” (Proverbios 30:15, “chupan la sangre” (Proverbios 30:15); no importa lo que se les dé, nunca es suficiente. Son orgullosos, egoístas, egocéntricos y no escuchan nada de lo que dicen sus padres. “Hay quienes insultan al papá y no respetan a la mamá… se creen buenos, pero en realidad son perversos… están llenos de pecado… se creen superiores, y a todos miran con desprecio”, Proverbios 30:11-13. En cambio, ¡el hijo obediente se bendice así mismo! “Si rechazas la disciplina, sólo te harás daño a ti mismo, pero si escuchas la corrección, crecerás en entendimiento”, Proverbios 15:32. Dios le ordenó a Jeremías: “Ve a… las familias de los recabitas e invítalos al templo… y ofréceles… vino”, Jeremías 35:2 (NTV). Jeremías hizo lo que Dios le pidió, pero ellos se negaron: “… No beberemos vino…porque… nuestro padre, nos ordenó: “No beberán vino jamás…”, Jeremías 35:6 (NBLH). Nuestra lógica nos indica que se debe obedecer a Dios ante que a los hombres. Sin embargo, Dios no se molestó cuando ellos decidieron obedecer a su padre; al contrario, los puso como ejemplo para todo Israel: “... Los descendientes de… Recab han cumplido la orden que él les dio de no beber vino… Sin embargo, yo les he hablado continuamente a ustedes y no me obedecen… a mí no me hacen caso”, Jeremías 35:14-16 (PDT). El pasaje contrasta la conducta de los hijos de Recab con la de los hijos de Dios. Aquellos obedecieron ciegamente un precepto humano; mientras que los israelitas desobedecieron un precepto divino anunciado reiteradamente. Por la obediencia a sus padres, Dios les dijo a los hijos de Recab: “… Ustedes han obedecido la orden de su padre… por eso… siempre habrá a mi servicio un descendiente de la familia de… Recab”, Jeremías 35:18-19.
6. Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres porque “lo manda el Señor”, Efesios 6:1. ¡Obediencia y honor; sujeción y respeto! Obedecer es el acto, honrar es la actitud. Se demanda las dos cosas. Los niños deben obedecer cumpliendo lo ordenado y deben honrar a sus padres mostrando respeto y amor. Los hijos no están obligados a desobedecer a Dios en obediencia a sus padres; la única excepción a la obediencia es la clara violación de la Palabra de Dios. “Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor…”, Efesios 6:1. Esta cláusula “en el Señor” sugeriría la debida limitación de la obediencia requerida. Ningún padre puede exigir a un hijo que robe, mienta, engañe o le ayude a cometer asesinato o cualquier otra cosa expresamente prohibida por la Palabra de Dios. Ningún padre tiene derecho a prohibir a un hijo orar, leer la Biblia, adorar a Dios o hacer profesión de su fe. En tales casos se debe obedecer a Dios antes que al hombre. Los hijos obedecerán hasta que sean adultos y dejen de estar bajo el cuidado de sus padres, pero la responsabilidad de honrarlos es para siempre. Jesús es nuestro máximo ejemplo: “Jesús… regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos… y los obedecía en todo”, Lucas 2:49-51. Dios espera que imitemos la conducta de Jesús, ya que debemos “vivir como Él vivió”, 1ª Juan 2:6. Los niños tienen la responsabilidad de obedecer y honrar; los padres, la responsabilidad de enseñar a sus hijos la importancia de la obediencia y la honra. Observa que el mandamiento bíblico no considera la edad de los hijos. En otras palabras, desde el nacimiento y mientras estén bajo el control y cuidado de sus padres, se les debe enseñar a obedecer. Pero ¿cómo? ¡Disciplinándolos tal y como lo hace Dios con nosotros! “No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR… no rechaces la disciplina del Señor (NTV)…; ni te fatigues de su corrección; porque el SEÑOR castiga al que ama y quiere, como el padre al hijo”, Proverbios 3:11-12 (OSO). “… Hijo mío, no te enojes cuando el Señor te castigue… Si te castiga es porque te ama, y si te azota es porque te ha recibido como hijo. Dejemos que Él nos discipline, porque así es como cualquier padre amoroso educa a sus hijos… Los castigos siempre son dolorosos de momento, pero al final uno ve en el que ha sido disciplinado un apacible crecimiento en gracia y carácter”, Hebreos 12:5-11. El Señor disciplina, corrige y castiga a sus hijos, justamente porque son sus hijos y porque los ama. “Yo corrijo y disciplina a todos los que amo”, Apocalipsis 3:19.
